El futbolista que fue exitoso en Lanús y en la Selección, pero su carrera se vio afectada por una gran depresión

Jugaba como enganche y tenía una buena carrera, pero una serie de tragedias familiares afectaron su salud mental. Decidió retirarse y hoy se dedica a una actividad completamente distinta.

Aunque hace unos años era un tema prácticamente tabú, hoy en día se habla cada vez más de los problemas de salud mental que afectan el rendimiento de los futbolistas, ya sea derivados de la presión o de situaciones extradeportivas. Este es el caso de un ex Lanús que se retiró tras sufrir una grave depresión.

Se trata del uruguayo Mario Regueiro, un enganche que pasó por Nacional, Valencia y Defensor Sporting, entre otros clubes, y que también jugó el Mundial de Corea Japón 2002 con la Selección de su país. En 2013, mientras jugaba en Racing de Avellaneda, confesó que sufría una depresión profunda.

"Racing me fue a buscar para rendir y no pude. La gente que me conoce me decía que parecía un fantasma en la cancha, que era una copia del Mario que conocían, pero yo no decía nada. Me guardaba la angustia e iba media hora por día a una capilla a llorar", contó a Fox Sports. Con ayuda, pudo superar esa situación.

Mario Regueiro en la Selección de Uruguay

La historia de Mario Regueiro

Mario Ignacio Regueiro Pintos nació en Montevideo, Uruguay, el 14 de septiembre de 1978. Se formó en las inferiores del Club Atlético Cerro y luego pasó al Club Nacional, donde jugó entre 1998 y 2000 antes de dar el salto a Europa y vestir la camiseta del Racing de Santander.

Allí jugó cinco años y se consolidó como una de las figuras del equipo. Al mismo tiempo, fue convocado a la Selección de Uruguay y jugó el Mundial 2002. En 2005 fue cedido al Valencia, donde tuvo un buen desempeño, pero su segunda temporada se vio opacada por una lesión en la rodilla.

Pasó por el Real Murcia y el Aris Salónica de Grecia antes de volver a Nacional para la temporada 2009-2010, tras la cual llegó a Lanús. En esa época, una serie de tragedias familiares marcaron su vida. La primera fue en 2011, cuando dos sobrinos de 18 y 19 años fueron asesinados en un ajuste de cuentas.

La segunda ocurrió en 2013, mientras Regueiro jugaba en Racing: la hija de su hermana murió en un accidente de tránsito, y la mujer de 43 años decidió suicidarse. Los episodios de angustia afectaron su rendimiento dentro de la cancha. Por suerte, contó, pudo darse cuenta a tiempo de que estaba deprimido.

Mario Regueiro en Nacional

"Ahora recuperé la alegría. Volví a salir a pasear con mis hijos. Tengo que salir adelante por mi familia, más allá de que uno se pregunte por qué uno está así y por qué no le podía contestar a mis hijos por qué no jugaba o no concentraba", afirmó. El enganche volvió a su Uruguay natal, donde jugó en Defensor Sporting y en Cerro antes de retirarse en 2015.

Su vida después del retiro

Ya alejado del fútbol, Regueiro decidió dedicarse a una actividad más tranquila y que le permitiera pasar tiempo con su familia. "Trabajo en la juguetería que puso mi mujer. Está en Montevideo y se llama 'Toy Feliz'. Estoy desde las 10 de la mañana hasta pasadas las 7 de la tarde", contó al programa de radio El Enganche.

"Me siento feliz, muy cómodo trabajando ahí. Me gusta charlar con la gente. Por suerte nos fue bien. Al principio era un desastre envolviendo los regalos, pero ahora ya lo hago bien. Mi señora me paga el sueldo", concluyó.

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