El exdelantero brasileño Mário Jardel lo tenía todo para consagrarse como uno de los mejores del mundo: fue campeón de la Copa Libertadores, pegó el salto a Europa, jugó con Cristiano Ronaldo, ganó dos Botas de Oro y convirtió 294 goles en 304 partidos, pero las adicciones y la depresión truncaron su carrera.
Surgido en Vasco da Gama, Jardel fue transferido a Gremio, donde ganó la Libertadores en 1995 y anotó 12 tantos. Al año siguiente fue convocado por primera vez a la Selección de Brasil y recibió una oferta del Porto. Allí demostró todo su talento y se convirtió en el goleador de la liga local por tres temporadas consecutivas.
Luego de pasar por el Galatasaray de Turquía, en 2002 llegó al Sporting de Lisboa, donde fue compañero de Cristiano Ronaldo. Hasta ese momento acumulaba una racha goleadora impresionante, con 294 goles en 304 partidos, pero su nivel empezó a decaer enormemente por culpa de las adicciones y la depresión.
Mário Jardel, exfutbolista
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Qué fue de la vida de Mário Jardel
2002 marcó un antes y un después en la carrera de Mário Jardel. "Sufrí una sobredosis consumiendo cocaína y me quedé despierto durante siete días", confesó el exjugador en 2022 durante su participación en Gran Hermano Famosos de Portugal. Ese fue el principio del fin, ya que nunca recuperó su nivel anterior.
El brasileño siguió jugando profesionalmente hasta 2011, pero sus adicciones y problemas de disciplina lo llevaron a pasar por 15 clubes distintos en los cuales jugó, en total, solo 120 encuentros. Entre ellos, llegó a Newell's bajo la dirección técnica de Américo "Tolo" Gallego: disputó nada más que tres partidos, pero fue campeón del Apertura 2004. Su último club fue el Al-Taawon de Arabia Saudita.
"No es ningún ejemplo. Contraté mujeres, me quedé en esa vida pensando que no me iba a pasar nada, que todo estaba bien", admitió Jardel a sus compañeros de Gran Hermano. Agregó que "no es fácil lidiar con la depresión y la falta de amigos", porque "después de que dejas de jugar ya nadie te llama". "Soy muy consciente de este problema que tengo, de mi lucha diaria. Lo que importa es que estoy vivo y digo aquí: 'No a las drogas'", subrayó.