Boca debutará en esta Copa Argentina frente a Argentino de Monte Maíz, club que milita el Torneo Federal A y que supo tener en su plantel a una de las leyendas del fútbol argentino, Tomás “Trinche” Carlovich.
El volante central jugó en varios equipos argentinos y su talento dentro de la cancha despertó la admiración de muchos colegas, incluso de Diego Maradona, quien lo catalogó como un jugador “mejor” que él.
Boca debutará en esta Copa Argentina frente a Argentino de Monte Maíz, club que milita el Torneo Federal A y que supo tener en su plantel a una de las leyendas del fútbol argentino, Tomás “Trinche” Carlovich.
El volante central rosarino jugó en varios equipos argentinos como Rosario Central, Central Córdoba, Colón e Independiente Rivadavia de Mendoza, entre otros, pero colgó los botines vistiendo la camiseta del conjunto cordobés que participará por segundo año consecutivo el torneo más federal del país.
Nacido en la ciudad de Rosario, el futbolista se destacó por su prestigiosa zurda que despertó gran admiración en muchas figuras del planeta fútbol. “Tuvo su estilo: era un volante central elegante, virtuoso y algo displicente. De ritmo lento, pero de razonamiento inversamente proporcional a su andar. Carlovich es algo así como el máximo exponente del arco lírico del fútbol argentino”, según lo describió la revista deportiva El Gráfico.
Además, figuras de la talla de José Pekerman, César Luis Menotti, Carlos Timoteo Griguol y hasta el propio Diego Maradona se deshicieron en elogios sobre el mediocampista. En su última entrevista al programa Súper Deportivo de Radio Trinidad, Carlovich contó cómo fue su encuentro con el Diez, a quien siempre tuvo de ídolo.
"Un día me regaló una camiseta y me puso 'Trinche, vos fuiste mejor que yo', lo único que le pude contestar es 'Diego, ahora puedo partir tranquilo, vos fuiste lo más grande que vi en mi vida'”, recordó del encuentro que tuvo con el campeón del mundo cuando era técnico de Gimnasia de La Plata.
El propio Diego lamentó la noticia de la muerte de Carlovich, ocurrida el 8 de mayo de 2020 tras sufrir un golpe en la cabeza ante el ataque de un delincuente que le robó su bicicleta en la zona oeste de Rosario. En sus redes sociales, el 10 escribió: “Con tu humildad nos bailaste a todos, Trinche. No lo puedo creer, te conocí hace poquito, y ya te fuiste. Mi más sentido pésame a tu familia, y ojalá que se haga justicia. Que en paz descanses, maestro”.
El Trinche también visitó la camiseta de la Selección argentina en 1974 jugando para un combinado local en un amistoso, en el encuentro que para muchos dio origen a su leyenda. Si bien era la máxima expresión de la palabra “fútbol” por su despliegue en la mitad de la cancha, también era muy reacio a los entrenamientos.
Sus contemporáneos comentan que tampoco le gustaba concentrar y que no era un madrugador por naturaleza. “El Trinche no jugó en Primera porque no quiso”, remarcó Mario Killer, exjugador de Rosario Central, en el Informe Robinson que se realizó sobre Carlovich.
Tomás “Trinche” Carlovich, séptimo hijo de una familia de yuguslavos, debutó en Rosario Central en 1969 durante un amistoso contra Peñarol, sin embargo, en La Academia rosarina solo jugó apenas un partido oficial, contra Los Andes y como el entrenador no lo tenía en cuenta pasó a Flandria, donde estuvo cuatro meses.
En 1972 se sumó al club que lo tendría como ídolo: Central Córdoba de Rosario, con el que consiguió el título y el ascenso a Primera B en 1973. En el día de su debut hizo dos goles. Tuvo cuatro etapas en ese club: 1972-1974, 1978, 1980-1983 y 1986. Sumó 28 goles en 236 partidos.
También defendió los colores de Colón, Independiente Rivadavia, Deportivo Maipú, Andes Talleres, Provincial de Pergamino, Newell's Old Boys de Cañada de Gómez hasta que se retiró en octubre de 1988, a los 42 años, en Argentino de Monte Maíz.
En el conjunto cordobés jugó 11 partidos y anotó cuatro goles, pero su actuación más recordada fue en la final de ida contra Lambert, el clásico rival del pueblo: metió un gol, tiró tacos, dejó rivales desparramados y se llevó los aplausos de todos los presentes.