El riesgo país cayó por debajo de los 700 puntos, la cifra más baja de los últimos cinco años. Este lunes el riesgo país llegó los 681 puntos básicos y mantuvo el descendente a lo largo del año que inició con 2000 puntos.
El indicador llegó los 681 puntos básicos y mantuvo el descendente a lo largo del año que inició con 2000 puntos.
El riesgo país cayó por debajo de los 700 puntos, la cifra más baja de los últimos cinco años. Este lunes el riesgo país llegó los 681 puntos básicos y mantuvo el descendente a lo largo del año que inició con 2000 puntos.
El riesgo país es un indicador elaborado desde hace años por el J.P. Morgan que mide la diferencia que pagan los bonos del Tesoro de EEUU contra las del resto de los países.
Este cálculo lo realiza por intermedio de su índice EMBI, siendo específico para cada nación (EMBI Argentina, en nuestro caso). De esta forma, el índice mide la sobretasa que debe pagar un bono en nuestro caso argentino, frente al rendimiento de los títulos a 10 años que emite el Tesoro de los EEUU.
Si el riesgo país es alto y tiene tendencia alcista puede repercutir además negativamente en la llegada de inversiones a largo plazo, clave para realizar obras y para aumentar el volumen de divisas. Además, complica las necesidades financieras de un país.
Por el contrario, si es bajo (puede compararse, por ejemplo, con el promedio de la región, actualmente debajo de los 500 puntos), o tiene una dinámica bajista, puede impulsar el desembarco de inversiones a la largo plazo, y puede permitirle al país en cuestión conseguir financiamiento en el mercado de capitales a tasas "razonables".
En otras palabras, el riesgo país es ni más ni menos que el costo "extra" que tienen que pagar el estado nacional, las provincias o las empresas argentinas si salen a colocar deuda, respecto de lo que rinden los bonos de la plaza más "segura" para los inversores, que es EEUU.