La industria metalúrgica registró una baja de 1,3% en marzo con respecto a febrero, mientras que en el trimestre del 2025 acumuló un crecimiento de 3,6% y la variación interanual fue positiva en 2,9%. A pesar del crecimiento acumulado en lo que va del año, la producción se mantiene 10% por debajo del promedio de 2023. En 2024, el sector había cerrado con una retracción acumulada de 12,1%.
Según un informe elaborado por el Departamento de Estudios Económicos de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), entre los rubros más afectados, se encuentra la fundición, con una contracción interanual de 13,9%, seguida por la fabricación de autopartes, que retrocedió 3,7%. Ambos segmentos evidencian caídas consecutivas que deterioran el nivel general de actividad. En contraste, la maquinaria agrícola (18,7%) y las carrocerías y remolques (23,5%) encabezaron el crecimiento sectorial, consolidándose como motores dentro de la cadena de valor.
Otros sectores como Bienes de Capital (2,8%) y Equipos y Aparatos Eléctricos (1,2%) registraron nuevamente resultados positivos, con variaciones interanuales más moderadas pero consistentes con una tendencia de recuperación que comenzó a observarse en los últimos meses.
Por su parte, la utilización de la capacidad instalada (UCI) registró un aumento de 3,5 puntos porcentuales con respecto al mismo mes del año previo, y descendió 1,1 puntos porcentuales contra febrero, ubicándose en el 47,1%. Además, el informe detalla una contracción del 2,9% en el empleo sectorial respecto a marzo de 2024 y una disminución del 0,4% en comparación con febrero.
En el análisis provincial, las empresas radicadas en Santa Fe fueron las de mejor desempeño, con un crecimiento interanual de 7,5%, acumulando tres meses consecutivos en terreno positivo. Córdoba (1,6%), Entre Ríos (1,3%) y Buenos Aires (0,5%) también mostraron variaciones positivas, aunque más moderadas. En cambio, Mendoza presentó una leve caída interanual de 0,5%.
El presidente de ADIMRA, Elio Del Re, advirtió que “la actividad metalúrgica se verá afectada por la decisión de eliminar el Certificado de Importación de Bienes Usados (CIBU), ya que permitir la adquisición de estos bienes desalienta la inversión en tecnología de fabricación nacional, impactando negativamente en las empresas locales, comprometiendo su capacidad para competir y desarrollarse, junto al grave impacto en materia de seguridad, afectando a la salud de las personas y calidad para los usuarios que adquieran dichos productos”. Además, agregó que “todo país desarrollado tiene una industria metalúrgica fuerte, y nosotros no podemos dejar de tenerla”.