El consumo de alcohol está relacionado con diversos problemas de salud, desde enfermedades hepáticas hasta trastornos cardiovasculares. Pese a eso, investigaciones recientes analizaron si existe una forma de ingerirlo sin que sus efectos sean tan perjudiciales. Si bien los especialistas desaconsejan su ingesta, algunos estudios pudieron identificar patrones de consumo que podrían minimizar sus riesgos.
Dentro de este debate, la Sociedad Española de Arteriosclerosis señaló que, aunque ninguna bebida alcohólica es inocua, ciertos hábitos pueden hacer que su impacto en el organismo sea menos nocivo. Entre estos factores, se destacan la cantidad, la frecuencia y el contexto en el que se consume. Además, se pudo estudiar si bebidas fermentadas como el vino o la cerveza pueden tener algún beneficio cuando se incorporan de forma moderada a la dieta.
A partir de estos hallazgos, los expertos remarcan que la clave está en la moderación y en acompañar el consumo con una alimentación equilibrada. Lejos de justificar su ingesta, las recomendaciones buscan reducir el daño potencial que el alcohol puede generar en el cuerpo.
Cómo podés tomar alcohol sin que te haga daño según expertos en salud
Según los especialistas en salud cardiovascular, la manera menos perjudicial de tomar alcohol es hacerlo en pequeñas cantidades y siempre con las comidas. Consumirlo de esta forma puede reducir algunos de los efectos negativos que genera en el organismo y, en ciertos casos, asociarse con beneficios limitados, especialmente en lo que respecta a la salud metabólica y cardiovascular.
Un estudio que analizó a más de 300.000 personas del UK Biobank reveló que quienes tomaban bebidas alcohólicas fermentadas, como el vino, junto con sus comidas, mostraban un menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Esto da a entender que el patrón de consumo es tan relevante como la cantidad ingerida. Además, se identificó que repartir la ingesta en varios días de la semana, en lugar de hacerlo de manera excesiva en una sola ocasión, se relaciona con una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares.
Además, el informe recalca que el consumo moderado de vino y cerveza puede mejorar ciertos factores de riesgo cardiovascular. Esto se debe a que el alcohol contribuye al aumento del colesterol HDL (conocido como "colesterol bueno"), mientras que los polifenoles presentes en estas bebidas pueden reducir la inflamación y el estrés oxidativo. Pese a esto, los especialistas insisten en que estos efectos no justifican su consumo habitual, ya que cualquier exceso puede ser perjudicial.
A pesar de estos hallazgos, los investigadores advierten que el alcohol sigue siendo un factor de riesgo para múltiples enfermedades, incluyendo el cáncer. Por ese motivo, la mejor estrategia para cuidar la salud sigue siendo limitar su consumo al mínimo posible y, en caso de ingerirlo, hacerlo con responsabilidad y dentro de un contexto saludable.