Mientras las altas temperaturas veraniegas no dan tregua, en el corazón de San Isidro emerge un oasis gastronómico: Felino, un salón y un entorno pleno de naturaleza donde es posible distenderse de las obligaciones.
En un rincón de San Isidro, un restaurante se destaca por su celebrada coctelería de autor y la apuesta por una gastronomía moderna.
Mientras las altas temperaturas veraniegas no dan tregua, en el corazón de San Isidro emerge un oasis gastronómico: Felino, un salón y un entorno pleno de naturaleza donde es posible distenderse de las obligaciones.
En la fisonomía de este restaurante predomina la calidez. La iluminación acogedora en su interior, los carteles de neón y sus texturas de madera dan cuenta de ello. También su barra 360°, que se lleva todas las miradas. Luego, en sintonía con el salón, está su sector al aire libre, un espacio descontracturado y relajado, rodeado de árboles y vegetación, para palpitar la hora mágica.
Dadas las características del lugar, su locación no sólo atrae a clientes de la zona, sino también de puntos más alejados, que buscan relajarse por un momento con sus cócteles de temporada, tapas estilo finger food para picar, su gastronomía de autor y la cafetería.
Las tapas, que también funcionan como entradas, son muy pedidas en Felino y recomendables para arrancar, como es el caso del choripán brioche, servido con salsa criolla o chimichurri fresco; la provoleta a las brasas, un hit de la casa, con el clásico queso provolone derretido que llega a la mesa con tomatitos cherry frescos y albahaca frita, o la tortilla de papas españolas, con cebollas rehogadas y huevo.
También cuentan con opciones a la parrilla, como la entraña a la provenzal con papas fritas, o el salmón mediterráneo, con salsa teriyaki, vegetales salteados y arroz. La gastronomía creativa de Felino continúa con otras delicias de autor, como el tofu al teriyaki, acompañado de espinacas salteadas con especias, maní tostado y chips de batata, o la hamburguesa de salmón y quinoa presentada en pan con tinta de calamar y saborizada con mayonesa de soja y cebolla caramelizada.
Imposible irse sin probar sus cócteles, tradicionales como el Negroni, que lleva Gin Bosque Nativo, Carpano Rosso y Campari; o de autor, como el Sindria, con jugo de sandía, Absolut Grapefruit, gin Golden Age Cherry Brandy y pomelo. Entre los más pedidos se pueden mencionar el Tinto Felino, con Carpano Rosso, vino tinto, frutos rojos y jugo de naranja, y el Citric Blend, que mezcla Sernova, Golden Age Elderflower y mix de cítricos. A estos se suman los celebrados mocktails (sin alcohol), como el Falso Mojito, con almíbar de maracuyá, lima, menta y soda, o la Pomelada Felino, elaborado con jugo de pomelo y almíbar de romero.
Felino está ubicado en Avenida Fondo de la Legua 280, San Isidro. El restaurante abre de lunes a viernes, de 12 a 01 h, los domingos de 12 a 16.30 h, mientras que su cafetería lo hace de lunes a viernes de 8 a 20 h.
El local de Felino se encuentra a pocas cuadras de la Panamericana. En las inmediaciones tienen paradas las líneas de colectivo 15, 21, 194, 333, 437 y 707.