Dentro de toda buena alimentación siempre hay lugar para las frutas, ya que con sus nutrientes y vitaminas aportan al organismo lo necesario para hacerlo fuerte y saludable. En ese sentido, hay una fruta única que posee innumerables beneficios para la salud y que no todos conocen de sus ventajas al consumirla.
Se trata de la sandía, una de las frutas que es mucho más que una opción refrescante para combatir el calor. De nombre científico Citrullus lanatus, esta fruta milenaria originaria de África es una fuente invaluable de nutrientes que pueden transformar la salud.
Por otro lado, es importante aclarar que la sandía, aunque sea saludable, debe consumirse con moderación. Una porción recomendada equivale a aproximadamente 1 taza (150 gramos), que aporta 46 calorías, 11,5 gramos de carbohidratos y 9.4 gramos de azúcar. Para personas que padecen diabetes, se sugiere limitar su ingesta a una o dos porciones diarias para evitar picos de glucosa.
Beneficios de la sandía
Compuesta en su mayoría por agua (91%-95%), la sandía es ideal para mantener el cuerpo hidratado, especialmente durante el verano. Una rodaja aporta hasta 150 ml de agua, ayudando a alcanzar los 2 litros diarios recomendados para una buena hidratación.
- Fortalecimiento del sistema inmunológico
La vitamina C en la sandía estimula la producción de glóbulos blancos, esenciales para combatir infecciones, mientras que la citrulina mejora la circulación sanguínea y actúa como antioxidante. Estos nutrientes trabajan en conjunto para fortalecer el sistema inmunológico.
- Protección de la piel y la salud ocular
El licopeno y la vitamina C protegen la piel contra los daños causados por los rayos UV, promoviendo una piel más tersa y saludable. Además, la vitamina A y la luteína contribuyen a mantener una visión óptima y a reducir el riesgo de cataratas.
El alto contenido de agua y su moderada cantidad de fibra favorecen el tránsito intestinal y previenen el estreñimiento. Esta combinación ayuda a mantener una digestión saludable y promueve la salud intestinal.
La citrulina, presente en la parte blanca de la corteza de la sandía, mejora la función de los vasos sanguíneos y ayuda a reducir la presión arterial. Además, el licopeno contribuye a mantener el corazón saludable y a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
El licopeno actúa reduciendo el estrés oxidativo en las células óseas, mientras que otros compuestos presentes en la sandía contribuyen a fortalecer la densidad ósea, reduciendo el riesgo de osteoporosis.
La citrulina en la sandía es clave para los deportistas, ya que mejora el flujo sanguíneo y ayuda a reducir el dolor muscular tras el ejercicio. Un estudio mostró que el consumo de jugo de sandía natural mejora la recuperación cardíaca y muscular después de entrenamientos intensos.
- Prevención de enfermedades crónicas
La presencia de antioxidantes como el licopeno y la cucurbitácea E protege contra enfermedades crónicas, como el cáncer y la diabetes. Estos compuestos combaten los radicales libres, que son responsables del daño celular y el envejecimiento prematuro.
Gracias a su bajo contenido calórico y su capacidad para generar saciedad, la sandía es una aliada para quienes buscan controlar su peso. Consumir sandía diariamente ayuda a reducir el hambre por periodos prolongados, comparado con alimentos procesados bajos en calorías.
- Equilibrio nervioso y muscular
La sandía aporta potasio, un mineral esencial para el correcto funcionamiento de los nervios y los músculos, así como para mantener el equilibrio de líquidos en el cuerpo.