Llega la hora del almuerzo o la cena y algunas personas suelen preguntarse si es mejor cocinar o pedir comida. Esta es una pregunta frecuente para quienes intentan mejorar su alimentación y cuidar su bolsillo. Ambas opciones tienen ventajas, pero los expertos coinciden en que la cocina casera suele ofrecer beneficios concretos para la salud.
Cocinar en casa permite elegir ingredientes frescos, ajustar las porciones y reducir el uso de grasas, sal y azúcares. Aunque algunos locales gastronómicos incorporaron menús más saludables, todavía es común que sus platos contengan altos niveles de calorías y sodio.
Además, preparar uno mismo sus propios platos no solo incide en la calidad nutricional, sino también en el gasto mensual. Aunque cocinar requiere tiempo y planificación, puede ayudar a ahorrar dinero y evitar problemas de salud a largo plazo.
Qué es mejor para la salud: cocinar en casa o comer afuera
En términos de nutrición, la balanza suele inclinarse hacia el lado de la cocina doméstica. Preparar alimentos en casa permite controlar los ingredientes, ajustar las cantidades y priorizar productos frescos, lo que lleva a tener acceso a comidas con menos calorías, grasas saturadas y sodio.
Por ejemplo, un clásico sándwich comprado en una cadena puede aportar más de 500 calorías y 10 gramos de grasas saturadas. En cambio, una versión casera del mismo plato reduce esa cifra a casi la mitad, con menos de 300 calorías y solo 1,5 gramos de grasas saturadas.
Además del control sobre los ingredientes, cocinar permite elegir verduras y frutas en su punto justo de maduración, lo que garantiza mayor contenido de nutrientes. A diferencia de los restaurantes, donde la frescura de los productos puede variar. En ese sentido, estudios recientes refuerzan esta idea, ya que una investigación de 2020 demostró que quienes cocinan frecuentemente en casa mantienen una dieta de mejor calidad, sin importar su nivel de ingresos.
Tabla de picar, cortar verduras, cocinar
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También se debe considerar el impacto económico. Aunque algunas compras específicas, como productos orgánicos o carnes premium, pueden elevar el gasto en el supermercado, en líneas generales, cocinar suele ser más barato que salir a comer.
Por estos motivos, decidir cocinar en casa no sólo incluye una decisión basada en el sabor o la preferencia, sino que también es una manera concreta de mejorar la salud y el bienestar sin gastar de más.