Revelado: por qué no nos podemos resistir a los ojos de los perros

Se trata de un movimiento que lograron adquirir hace más de 30 mil años durante el proceso de domesticación. Conocé los detalles del estudio que realizó un grupo de expertos.

Los perros son uno de los animales más adoptados por las familias para que sean un integrante más de la familia. Cada uno de ellos tienen comportamientos especiales que generan ternura entre los humanos, sin embargo, una de las cosas a los que las personas no se pueden resistir es a los ojos de perros. En este sentido, expertos realizaron un estudio y hallaron por qué sucede que el humano no puede sentir ternura ante ello.

En primer lugar, es importante remarcar que esta expresión tan irresistible no es casualidad, sino producto de miles de años de evolución diseñada para captar la atención y el cariño humano.

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Portsmouth concluye que la capacidad de los perros para realizar esta clase de movimientos expresivos con sus cejas, fue adquirida durante el proceso de domesticación, es decir, hace más de 30 mil años.

Por qué motivo los humanos no nos podemos resistir a los ojos de los perros

A diferencia de sus ancestros salvajes, los perros han logrado desarrollar un músculo que les permite levantar intensamente la parte interna de las cejas y así, lograr que sus ojos se ven un tanto más grandes y que puedan tener una apariencia más infantil y tierna. Este músculo, denominado “levator anguli oculi medialis”, está presente de forma consistente en los perros pero ausente en los lobos quienes tienen algunos tendones y fibras musculares rudimentarias en esa área.

La investigación involucró comparaciones anatómicas detalladas mediante disecciones faciales de perros y lobos, complementadas con análisis de comportamientos en encuentros sociales con humanos. Para poder recolectar estos datos, se observó a 27 perros principalmente Staffordshire Bullterriers y algunos mestizos, provenientes de diferentes refugios del Reino Unido.

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Cada uno de los perros fue grabado durante encuentros de unos dos minutos con un humano desconocido parado frente a sus jaulas. Al mismo tiempo, se analizó nueve lobos que vivían en grupos en dos parques zoológicos distintos y que fueron filmados individualmente en situaciones similares. Los resultados muestran que los perros realizan estos movimientos faciales con una frecuencia significativamente mayor y con intensidad mucho más altas que los lobos, sobre todo, cuando establecen contacto visual con las personas.

Los especialistas al frente del estudio indican que esta característica facial evolucionó precisamente generaban una respuesta afectiva de cuidado en los humanos. Además, mencionan que el movimiento facial aumenta el "paedomorfismo", una condición que asemeja la expresión facial canina a la que los humanos suelen mostrar cuadno están tristes.

Los científicos también observaron que esta interacción visual con los humanos lleva a que haya un aumento mutuo de oxitocina, una hormona relacionada con la creación de vínculos afectivos y que en humanos está implicada en las relaciones madre-hijo.

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