Varios vehículos fueron incendiados este martes en un concesionario de Tesla en Las Vegas, el episodio más reciente en una ola de ataques y protestas contra la empresa de vehículos eléctricos de Elon Musk que ha ido en aumento desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca.
Según las autoridades, una persona no identificada lanzó bombas molotov al centro de servicio de Tesla, pintó la palabra "Resistan" en rojo sobre las puertas principales del edificio y disparó varias veces contra los autos. Las imágenes del fuego se viralizaron en redes sociales.
"Este nivel de violencia es una locura y está profundamente mal. Tesla solo fabrica coches eléctricos y no ha hecho nada para merecer estos ataques perversos", aseguró Musk en X. En una entrevista con Fox News, responsabilizó por el ataque a "la izquierda", aunque no hay evidencia sobre la afiliación política de los autores.
"Pensé que la izquierda, ya sabes, los demócratas, se suponía que eran el partido de la empatía, el partido de la solidaridad. Y sin embargo, están quemando coches. Están lanzando bombas incendiarias a los concesionarios. Están disparando contra los concesionarios. Están destrozando Teslas", sostuvo.
Musk habló de "terrorismo", una acusación que fue respaldada por Trump, y relacionó el episodio con su trabajo en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). El presidente republicano advirtió que quienes ataquen a la empresa "van a pasar por un infierno".
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El incidente de Las Vegas no es el primer ataque contra propiedades de Tesla. En febrero, una mujer de Colorado fue acusada por una serie de ataques contra concesionarios mediante bombas molotov; la semana pasada, un hombre fue detenido en Carolina del Sur por incendiar estaciones de carga de la empresa cerca de Charleston.
También hubo ataques en Oregon, donde un hombre enfrenta cargos tras disparar y lanzar bombas molotov a un concesionario en Salem; en Portland, donde otro concesionario fue blanco de dos tiroteos en una semana; y en Seattle, donde cuatro Cybertrucks fueron incendiados a principios de marzo.
Para el sociólogo Randy Blazak, especialista en violencia política, Tesla ocupa el lugar que durante el primer mandato de Trump le correspondió a las propiedades, empresas y hoteles del magnate en distintas ciudades de Estados Unidos, que se convirtieron en un lugar natural para las protestas.
"Tesla es un blanco fácil. Están rodando por nuestras calles. Tienen concesionarios en nuestros vecindarios", explicó a la agencia AP. El fenómeno trasciende las fronteras del país: concesionarios y fábricas de Europa fueron escenario de protestas pacíficas, y la empresa fue excluida de una feria internacional automotriz en Canadá por preocupaciones de seguridad.