Un barco espía ruso ha generado una nueva escalada de tensiones en Europa. Rusia es acusada de espiar cables submarinos esenciales para la conectividad global, lo que llevó a Reino Unido a desplegar recursos de guerra electrónica avanzados como parte de la operación Baltic Sentry. El Ministerio de Defensa británico busca proteger infraestructuras críticas en colaboración con la OTAN.
El "Frankestein" electrónico, como se conoce al avión P8 Poseidón, será parte fundamental de esta estrategia. Este desarrollo responde a la creciente actividad del barco ruso Yantar, que atravesó el Canal de la Mancha recientemente, incrementando las preocupaciones sobre posibles sabotajes. Reino Unido ha reforzado su presencia marítima y aérea para prevenir incidentes mayores.
La Royal Navy también ha revelado la participación de submarinos y drones navales en estas operaciones. Este cambio en la estrategia militar busca disuadir provocaciones rusas y reforzar la seguridad en el Mar del Norte y el Báltico, zonas críticas para la infraestructura submarina.
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Submarinos y drones navales complementan la estrategia británica para proteger cables submarinos estratégicos.
Así es el "Frankestein" electrónico de Reino Unido
El P8 Poseidón, desarrollado por Boeing, es un avión híbrido diseñado para misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento. Sus capacidades incluyen sistemas avanzados de radar, sonares y enlaces de datos en red, además de armamento como torpedos y misiles antibuque. Este modelo puede operar durante largas misiones gracias a su autonomía y sistemas de reabastecimiento en vuelo.
Operado desde la base RAF Lossiemouth, Escocia, Reino Unido cuenta con nueve unidades de este avión, que también es utilizado por la Marina de Estados Unidos. Junto a fragatas y drones navales, el P8 busca vigilar y proteger zonas estratégicas como el estrecho de Kattegat y el Canal de la Mancha.
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La operación Nordic Warden refuerza la colaboración entre Reino Unido y países nórdicos en aguas del Mar del Norte.
La operación Nordic Warden refuerza la cooperación entre países nórdicos y bálticos, utilizando inteligencia artificial para coordinar respuestas y detectar embarcaciones sospechosas. Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, este despliegue marca un cambio hacia un enfoque más proactivo en la defensa británica.