El caso del brasileño Pedro Rodrigues Filho es digno de una película de terror. Durante su estadía en la cárcel mató a 47 reclusos, a quienes confesó que asesinó por su pasado como homicida de criminales. Esto provocó que la mayoría de la población carcelaria lo odiara.
Como en Brasil se derogó una ley que declara que los psicópatas diagnosticados pueden ser detenidos indefinidamente, y el hecho de que la pena máxima de prisión es de 30 años en ese país, “Pedrinho Matador” fue liberado en 2018, tras 42 años de cárcel.
Una vez de vuelta en la calle se convirtió en orador, lanzó un libro y tiene un documental. La más macabro de su historia son los más de 184 mil suscriptores que supo tener en su canal de YouTube, en donde comentaba y analizaba crímenes cometidos por otros.
Su muerte ocurrió en el barrio Ponte Grande, en el municipio de Mogi das Cruzes, a las afueras de la capital paulista. Allí fue acribillado frente de la casa de su hermana. De acuerdo con la policía, varios encapuchados se bajaron de un automóvil y le dispararon a quemarropa.
Quién era Pedro Rodrigues Filho
Mejor conocido como “Pedrinho Matador” fue un asesino serial que entre 1968 y 2003 mató al menos a 71 personas. Casi todos narcos, criminales, pedófilos, violadores y ladrones. Y más de la mitad eran presos que estaban encerrados con él.
Un día se enteró que a su papá lo habían despedido del municipio de Alfenas. El mismo alcalde lo había acusado de robo. Enfadado cogió la escopeta de su abuelo y le disparó a la autoridad. Pero ahí no terminó todo, “Pedrinho” también asesinó al hombre que él creía que era el verdadero ladrón.
Tras el hecho, huyó a Mogi das Cruzes, en el Gran Sao Paulo, y comenzó a sobrevivir robándole a los narcos locales y matando a traficantes.
Con el correr del tiempo, se hizo pareja de la viuda de una de sus víctimas y se encargó del negocio del difunto. Comenzó a vender drogas, eliminó a la competencia y se ganó la reputación como uno de los homicidas más temidos de Brasil.
Al poco tiempo, se enamoró de una mujer. Pero un día la halló muerta, tras haber sido torturada y mutilada. Todo esto cuando estaba embarazada. Entonces la furia se apoderó de “Pedrinho” una vez más y tras averiguar quién había sido el culpable, un narcotraficante rival, entró a la fuerza a un matrimonio y junto a cuatro amigos acribilló, no solo al asesino de su mujer, sino a seis personas más. Otras 16 quedaron heridas. Y todavía no había cumplido los 18 años.
Luego se enteró la verdadera razón por la que su padre también purgaba una condena en prisión: había matado a su madre con un machete. Así que un día lo visitó y lo mató de 22 puñaladas.
Hasta que por fin fue detenido el 24 de mayo de 1973.
Pedro Rodrigues es considerado el mayor asesino serial de Brasil, y fue asesinado en su ley. En uno de sus antebrazos tenía tatuada la frase “Mato por placer”.