Genevieve Jenningros quedó en la historia por haberse animado: la monja se saltó el protocolo y decidió quedarse llorando sola junto al féretro donde descansan los restos del papa Francisco.
La imagen fue inolvidable: la mujer se quedó llorando a un lado del féretro del Sumo Pontífice, su gran amigo. Destacó, por sobre todas las cosas, "la apertura para los pobres".
Genevieve Jenningros quedó en la historia por haberse animado: la monja se saltó el protocolo y decidió quedarse llorando sola junto al féretro donde descansan los restos del papa Francisco.
Pamela Francescato, en exclusivo para C5N desde el Vaticano, logró hablar con la monja que conmovió al mundo. Entre sus frases más importantes, Jenningros subrayó que Francisco fue un Papa que bregó por “la apertura para los pobres”.
Durante el primer día de funeral, la mujer decidió no respetar la fila y se colocó cerca del féretro del papa Francisco a llorar, acompañada solamente de una mochila que cargaba en su espalda. En silencio. La seguridad decidió dejarla donde estaba.
Luego de que la imagen recorriera el mundo se determinó que se trataba de Genevieve Jenningros, sobrina de Léoni Duquet, una de las monjas secuestradas hace 47 años por la dictadura militar, en un operativo en el que tuvo un rol central Alfredo Astiz.
Ambos mantenían una gran amistad que databa de varios años. A mediados de 2024, el Papa la visitó en Italia. Allí, el líder de la Iglesia Católica fue recibido por la ‘enfant terrible’, apodo que él mismo le había puesto: "¡Qué gran alegría nos regala!". Hubo un aplauso cerrado cuando entró con sus colaboradores al lugar, mientras repartían caramelos y rosarios entre los asistentes.
Desde el Vaticano anunciaron que un grupo de personas pertenecientes a sectores vulnerables acompañarán el entierro del papa Francisco este próximo sábado, que, además, será privado. Según informaron desde prensa de la santa sede, se colocarán en la escalinata de la Basílica Papal de Santa María la Mayor, entre la Capilla Paolina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza.
En el comunicado, subrayaron que “los pobres tienen un lugar privilegiado en el corazón de Dios así como en el corazón y en la enseñanza del Santo Padre, que eligió el nombre de Francisco para no olvidarse nunca de ello”.
En el entierro también estarán presentes migrantes, personas transgéneros y presos, todos se encontrarán en la capilla y serán alrededor de 40 personas. Todos ellos, representando los valores de Francisco y la visión sobre las minorías del mundo.
Monseñor Benoni Ambarus, secretario de la Comisión de la CEI para las Migraciones y delegado para el ámbito de la caridad se conmovió, opinó: "Me parece una decisión conmovedora, porque el Santo Padre Francisco es acogido por la Madre que tanto amó y por sus amados hijos, que lo acompañarán en estos últimos pasos. Me parece algo verdaderamente hermoso".
Según explicaron, desde el Vaticano se eligió una representación de las diversas categorías de personas frágiles, pobres, incluyendo personas sin hogar, migrantes, presos o expresos, o familias pobres. Con la idea de representar "como si todos sus seres queridos lo acompañaran en sus últimos pasos".