Las Fiestas y los accidentes viales: el brindis más importante es por la vida

Puede haber varios motivos para brindar, pero hay uno que no hay que olvidarse: por la seguridad y la vida. Esa celebración es la que más importa.

Llegan las Fiestas de Fin de Año. La casa se llena de risas, abrazos, de recuerdos que regresan con fuerza y vuelve la alegria. En medio de un clima encantador, alguien alza la copa y grita: “¡Salud!”. ¿Qué mejor momento para brindar? Pero, entre todos los brindis, hay uno que nunca debemos olvidar: por la seguridad y la vida, porque esa es la celebración que realmente importa.

Cuando se trata de alcohol y conducción, no hay grises. Es alcohol cero o no subirte al auto. Parece exagerado. Muchos creen que una copita de más no pasa nada, que “conozco el camino”, “es solo algunas cuadras” o la frase clásica: “yo me sé controlar”. Pero el alcohol, aunque sea en pequeñas cantidades, no negocia sus efectos. Te roba reflejos, condiciona tus reacciones y te juega sucio en la toma de decisiones. Basta con una mala maniobra, un segundo tarde, un volantazo, para que una celebración se convierta en una tragedia.

¿Cómo festejar con alegría y responsabilidad?

  1. Si vas a tomar, no manejes. Parece obvio, pero no lo es. Que el plan sea claro desde el principio: si brindás, alguien más tiene que manejar. El conductor designado es el que salva vidas con su responsabilidad.
  2. Tecnología al rescate. Vivimos en una época donde la solución está a un click con cualquiera de las apps de transporte disponibles o bien el taxi de la esquina. En las grandes ciudades, hay opciones para todos los bolsillos para pegar la vuelta a casa. Y si estás en un lugar más chico, acordá con alguien que te pase a buscar o volvé en grupo.
  3. Dormí donde festejás. Si estás en lo de un amigo o familiar, ¡llevá el pijama y el cepillo de dientes! Quedarte a dormir no solo es seguro, también suma más tiempo para las charlas interminables después de la medianoche.
  4. Planificá los regresos. Sé sincero con vos mismo: si sabés que vas a tomar, organizá la vuelta antes de que arranque la noche. ¿Quién maneja? ¿Cómo vuelvo? Preguntátelo antes, no a las 3 AM.
  5. Respetá los límites de velocidad: si no tomaste, recordá de todos modos que la prisa nunca es una buena compañera en el regreso a casa.
  6. Usá cinturón de seguridad, siempre: no importa si estás en la ciudad o en la ruta. Vos y tu familia, adelante y atrás, todos con cinturón.
  7. Evitá distracciones: el celular siempre puede esperar.

Los números que duelen (pero nos enseñan) y el rol del Estado

En Argentina, los accidentes de tránsito siguen siendo una de las principales causas de muerte. Más del 30% están vinculados al consumo de alcohol. Y esto se dispara en las Fiestas: las noches de Navidad y Año Nuevo tienen un 20% más de siniestros vinculados a conductores alcoholizados. Son números fríos, pero atrás de cada cifra hay historias que podrían haberse evitado con una sola decisión.

El año pasado, más de 3.000 personas perdieron la vida en accidentes de tránsito. Esas sillas vacías también brindaron alguna vez en estas fechas. No sumemos más nombres a esa lista.

Para frenar esta tendencia, distintos organismos públicos redoblan los esfuerzos con controles de alcoholemia en rutas nacionales y principales accesos, para garantizar que los conductores respeten la normativa de alcohol cero establecida en la Ley Nacional de Tránsito 24.449. Estos operativos, cada vez más frecuentes, no buscan castigar, sino prevenir tragedias.

Sin embargo, no se trata solo de controles: la ANSV, junto a municipios y ONGs, impulsa campañas masivas de concientización en televisión, radios y redes sociales. Los mensajes son claros y directos: si tomaste, no manejes. Estas acciones buscan sacudirnos, hacernos pensar antes de subirnos al auto, y lograr que todos asumamos un rol activo para cuidarnos. De todas maneras, queda mucho por hacer en materia de políticas públicas para la seguridad vial.

Las Fiestas están a la vuelta de la esquina. Recordá siempre que son para celebrar, no para lamentar. Por eso, cuando levantes la copa, brindá por lo vivido, por los que están y por los sueños que vienen. Pero brindá también con la certeza de que tus decisiones cuidarán a quienes más querés. Porque el regalo más grande que podés darle a tu familia es que todos vuelvan sanos a casa.

Fernando Rodríguez es especialista en Derecho del Seguro.

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