Un panorama electoral de cara a las elecciones de Bolivia y Argentina: crisis a cielo abierto

En el 2025, Bolivia y Argentina enfrentarán elecciones claves para el futuro de la región.

En el año 2025 la Argentina y el Estado Plurinacional de Bolivia tendrán elecciones cruciales para su futuro y para el futuro de la región. El domingo 17 de agosto del 2025 habrá elecciones generales en Bolivia en donde se elegirán presidente, vicepresidente senadores y diputados. En Argentina habrá elecciones de medio término el 19 de octubre del 2025 en lo que se renovará un tercio del Senado y la mitad de la Cámara de Diputados nacionales, así como legisladores en todas las provincias y los municipios.

En ambas situaciones, los procesos electorales están precedidos de conflictos y cuestiones abiertas. En el caso de boliviano, Luis Arce Catacora promulgó la Ley de Régimen Excepcional y Transitorio de Elecciones Primarias, que suspende las elecciones primarias de candidatos en los partidos políticos bolivianos, para priorizar la realización de las elecciones judiciales el 1 de diciembre de 2.024. A ello se suma las movilizaciones cada vez más insistentes de una facción disidente del partido MAS, el llamado MAS radical que intenta revertir políticamente el fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), que en diciembre del año 2.023 inhabilitó al expresidente Juan Evo Morales Ayma para cualquier futura reelección presidencial.

En el caso argentino, el presidente Javier Milei planteó una profunda reforma electoral en la primera versión del llamado Proyecto de Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos en su primera versión de diciembre del año 2.023. Este proyecto incluía la derogación de las PASO (elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas, y Obligatorias), la introducción de la boleta única en papel, y la instalación de un régimen de circunscripciones uninominales, que al tradicional sistema argentino de lista completa por distrito, conocida como Lista Sábana.

Si bien esta primera versión de la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos fue modificada y la reforma electoral fue suspendida, sigue siendo el interés fundamental del gobierno nacional lograr su aprobación lo cual traería una profunda modificación en las prácticas políticas argentinas asentadas sobre una legislación que ya tiene más de cuatro décadas de ejercicio.

Pero al mismo tiempo ambos procesos electorales y las conformaciones de listas de candidatos precedentes se dan en contextos de grandes crisis económicas y sociales. En el caso boliviano se trata de del agotamiento de una matriz económica extractivista y exportadora de productos primarios, y su conversión hacia una creciente industrialización, lo que modificaría notablemente el comercio exterior boliviano.

Y en el caso argentino estamos ante la presencia de un clásico plan de ajuste que intenta solucionar el desequilibrio de las cuentas públicas mediante una reducción brutal de los ingresos salariales y previsionales, lo que contribuye a una severa depresión de la economía nacional, conocidos como Plan Motosierra y Plan Licuadora.

Esta doble coyuntura de crisis política y de crisis económica social hace a las elecciones del año próximo un punto crucial en el desarrollo de las sanciones de entramos países y en la región. Recordemos que una de las medidas estratégicas del gobierno boliviano en su proyecto de transformación de la matriz económica de ese país ha sido la plena incorporación de ese país al MERCOSUR lo que culminó el 5 de julio del corriente año cuando el presidente Luis Arce Catacora promulgó la ley de adhesión y en ocasión de esa celebración afirmó que: "La incorporación de Bolivia como país miembro del MERCOSUR tiene un carácter estratégico (...) y nos convierte en un eje articulador en la región”.

Se trata de una herramienta absolutamente central en la medida con mercado común por sus características jurídicas, contables y económicas maximiza la capacidad de las fuerzas productivas de una nación para su desarrollo a conformar un mercado en condiciones igualitarias a las locales, pero con mucha mayor extensión.

Pero esta herramienta política crucial para el proyecto modernizador del presidente boliviano se encuentra con la hostilidad o desinterés que el presidente argentino Javier Milei ha expresado respecto a esa asociación económica regional, lo que se expuso cuando renunció a presentarse en la Cumbre de MERCOSUR que tuvo lugar el 8 de julio del presente año en la ciudad de Asunción. Y en ese sentido no es menor recordar lo que candidato Javier Milei decía respecto de este proceso de integración regional cuando afirmaba que era "...una unión aduanera defectuosa, que perjudica a los argentinos de bien, es un comercio administrado por Estados para favorecer estados prebendarios".

Un triunfo electoral importante del partido La Libertad Avanza y sus aliados en las próximas elecciones de medio término podrían ayudar a un cambio en la relación de la Argentina con el MERCOSUR, no tanto una ruptura formal, sino un congelamiento de las relaciones y de los tratados lo cual claramente tendrá implicancias en el proyecto boliviano de usar el MERCOSUR como palanca comercial para la transformación económica que necesitan.

Pero no es esta la única fuente de conflictos que puede haber en el resultado electoral, sino que hay otra cuestión que aparece también como importante, y es la influencia que el pensamiento liberal libertario del presidente Milei y de sus aliados pueden proyectar en los debates que tienen lugar en el estado plurinacional de Bolivia entre el Departamento de Santa Cruz y las regiones occidentales. Este departamento es el único que presenta una formación política que plantea la plena Independencia y la creación de una república autónoma: el Movimiento Nación Camba de Liberación.

Con independencia del carácter marginal de esta formación, la ideología política cruceña señala una separación importante respecto de la configuración histórica de la nación boliviana. En palabras de un analista político cruceño Daniel Valverde, Santa Cruz: "Es también la región más moderna, más cosmopolita, más plurinacional; es la región donde los bolivianos nos hemos integrado y eso le va a permitir en los próximos años tener un mayor peso político". Se trata de una fundamentación étnica de la política en tanto la apelación a los bolivianos que se han integrado básicamente supone la exclusión de los pueblos originarios que son demográficamente hegemónicos en la región occidental de ese país.

Y el tema central es que el actual gobernador del departamento, Luis Fernando Camacho, que está preso por su participación en el golpe de estado propiciado contra la última administración de Juan Evo Morales Ayma, preside el partido Creemos, un partido que tiene una plataforma política conservadora liberal. Y es precisamente a raíz de esta posible afinidad ideológica entre las fuerzas políticas cruceñas y el gobierno actual de la República Argentina, que el resultado de la formación política de Javier Milei en las próximas elecciones podría influir negativamente en los partidos políticos cruceños y exacerbar los proyectos secesionistas o autonomistas de este departamento.

En una región caracterizada por fuertes enfrentamientos ideológicos personales entre el presidente argentino y el presidente de la República Federativa de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que echa sombras sobre el futuro del Mercosur, la colaboración multilateral, y la conformación de un frente político único en asuntos internacionales, los proyectos de transformación económica de la economía boliviana del actual presidente, si fuera ratificado por las elecciones generales del año próximo se encuentran frente a un obstáculo impensado, que puede profundizarse con las elecciones argentinas del año 2.025.

Se trata de una situación compleja, con un presidente argentino guiado por prejuicios personales y poniendo en crisis las relaciones regionales, y de ese modo debilitando cualquier posibilidad de que la colaboración regional sea una herramienta de progreso económico y social. Y ello exigirá una actitud firme y no condescendiente de las nuevas autoridades bolivianas, para preservar el camino de transformación que han emprendido.

Jorge Pérez

Licenciado en Comunicación Social (UNLAM)

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