Dentro de este abanico había una morocha, profesora de educación física y bailarina que venía de oficiar de secretaria de Gerardo Sofovich en un programa de juegos en la pantalla de Canal 9. Antes había sido extra en varias novelas de Telefe, desfilado en varias pasarelas del país y posado para producciones de revistas como Paparazzi, Maxim y Siete Días.
Pasaron varios años hasta que Violeta Lo Ré confesó que su noviazgo con el Comandante fue ficticio. “A mi me lo presenta una productora de Infama. Me dice hay un muchacho, el de las barritas de cereales, y quiere estar en la tele. Quiere hacer un reality y necesita una novia”, detalló en agosto de 2021 en una entrevista en el efímero El Club de las divorciadas, un ciclo vespertino animado por Laurita Fernández en El Trece.
“Yo ya venía trabajando en el medio pero me faltaba la popularidad y dije si, acepto”, aseguró sobre lo que vio como la gran oportunidad para ser conocida. Sumado a esto, le confiaron un detalle de su futuro “novio” que la terminó de convencer: “Quedate tranquila porque es gay”.
“A partir de ese momento comenzamos una gran amistad. Después, por el reality mismo, nos peleábamos y amigábamos. No había un contrato ni nada, los dos queríamos ser conocidos, eso es verdad. Yo tenía los contactos y él la plata”, recordó sobre esos días en los que participó del show que mostraba en YouTube las 24 horas de la vida del chocolatero y que significó su plataforma de despegue para la masividad.
Violeta comenzó a ser reconocida en la calle como "la novia de Fort" y a recorrer los programas de la tarde, porque la vida privada del mediático generaba interés. Tiempo después, reveló la única condición que le puso a su falsa pareja: "Yo no cobraba un sueldo, teníamos como una convivencia de amigos. Lo que sí, yo hablé con él y le puse como una cláusula de que él no salga de la mano con otra persona”.
Un meme que nació por un furcio
Cuando apareció Virginia Gallardo en escena, Fort comenzó a declararle su amor en la pista del Bailando por un Sueño y dejó a un lado a Violeta. Entonces, la bailarina entró en cólera y decidió salir a exponer a su exnovio en cuanto espacio encontró. “Yo estaba decidida a contar toda mi historia, decidida a desvincularme, a apartarme. El era una especie de huracán, monstruo, llamalo como quieras", aseguró.
Para la morocha, el empresario comenzó a cambiar su comportamiento: "Maltrataba a todo el mundo, denigraba a todo el mundo, yo no aguantaba más las amenazas. No habíamos empezado así, dos años atrás. Entonces dije: ‘Voy a contar mi verdad’. Aparte, sabía que era como su talón de Aquiles”.
Fue entonces que recurrió a Intrusos, conducido en aquel entonces por Jorge Rial: "Tenía la sensación de que si lo hacía público iba a estar más segura: él tenía mucho poder y yo me sentía muy desamparada”. Su aparición en el ciclo comenzó con una advertencia que, debido al fallido, quedó en la memoria de todos. Aún hoy es utilizado ese clip en las redes sociales con la frase: "La apocalipsis existe y hoy empieza".
Años más tarde, el conductor reveló a través de un video que compartió en su cuenta de Instagram cuál fue el trasfondo de la frase: "Antes de empezar el programa le digo: 'Lo único que tenemos que armar una entrada dramática, vendedora. Yo te voy a preguntar si tenés algo que decir y vos decime 'Viene el apocalipsis'". "Nos fuimos al corte rápido, creo que todavía nos estamos riendo", exageró el periodista.
El camino lejos de los flashes
"Me corrí un poco de los medios para cuidar a mi familia. A veces parezco open mind, pero la verdad es que soy bastante reservada y tradicional. Tengo cuatro hijos: dos mayores de 20 y 22 que son de mi marido, Víctor Stortini, y son mis hijos del corazón; y los dos nuestros, de esta nueva familia ensamblada que son Vito de 6 años y Santino de 7", confesaba en 2023 una Violeta distinta.
Su alta exposición durante las primeras épocas del fenómeno Fort le había significado algo "abrumador" que, pese a disfrutarlo, en un momento llegó a agotarla. Fue así que, coincidiendo con su maternidad, la modelo comenzó a tomar distancia de lo mediático y encaró nuevos proyectos.
Como le ocurrió a muchos, en la pandemia Violeta y su marido pusieron en marcha un emprendimiento: "Probamos con una granja de gallinas ponedoras y yo misma repartía huevos en Nordelta y toda la zona Norte". La Huevada, tal como se llamó la empresa familiar, funcionó muy bien y también sirvió para que la actriz pusiera la cara a través de las redes para dar tips y compartir recetas.
Pese al éxito del delivery de huevos, una vez que terminó la cuarentena el negocio original del esposo de Lo Ré, un corralón de materiales, salió a flote y la familia puso el foco nuevamente en eso. "Decidimos unificar energías y ponerlas ahí. Así que ahora ayudo en el negocio y me dedico a la familia", concluyó. La bailarina que supo ser tapa de numerosas revistas y protagonizar todo tipo de peleas en la tele de la tarde, hoy reparte su tiempo entre la crianza de sus hijos y la administración de una empresa familiar.