Shakira en Buenos Aires: "Las mujeres somos capaces de reparar el mundo"

Pasadas las 21:20, Shakira hizo su entrada con la ya icónica caminata de la loba, acompañada por 100 fans que la rodeaban mientras se dirigía al escenario. Esa imagen marcó el tono de la noche: la artista volvió a los escenarios con una energía renovada, una impactante puesta en escena y con un mensaje claro de resiliencia.

El show estuvo estructurado en diferentes momentos que reflejaron las múltiples facetas de su carrera. Desde el comienzo con La Fuerte, que representa su actualidad más combativa, hasta la inclusión de clásicos como Antología, Pies Descalzos e Inevitable que recordaron sus inicios.

La interpretación de Antología fue uno de los puntos más emotivos de la noche, ya que Shakira la dedicó a sus hijos, que estaban viéndola en el show y ellos le devolvieron un “Te amo”, en agradecimiento que pudimos ver a través de las pantallas.

Además, este éxito del disco Pies Descalzos (1995), se incluyó en el tour por una razón especial que la artista compartió con el público: “Antes de empezar con esta gira quise saber cuál era la canción que más querían escuchar, y esa fue Antología” dijo antes de cantarla con la misma emoción con la que la presentó hace casi 30 años.

Otro de los momentos destacados fue su interpretación de La Bicicleta, en la que cambió la letra para omitir cualquier referencia a Gerard Piqué, adaptando la canción a su presente. En “Ojos Así”, mantuvo su característico ADN árabe con el hipnótico baile de los cuchillos, o Raqs Al Say coreografías más impactantes de la noche.

El bloque de éxitos globales como Hips Don’t Lie, La Bicicleta y Waka Waka trajo la faceta más festiva de su carrera, con un despliegue de baile y visuales que potenciaron la conexión con el público. Pero la Shakira 2025 no solo quiere celebrar: con temas como TQG, Monotonía y Te Felicito, dejó en claro que su música también es una forma de procesar lo personal y convertirlo en himnos colectivos.

A lo largo del concierto, pasó por distintos estilos de baile, desde una versión salsa de Chantaje hasta la fusión latina de La Tortura, sin perder esa esencia rítmica que la diferencia del resto del pop global. Además de demostrarnos que puede bailar TODO, electropop, el dance pop, reguetón, bachata, EDM, afrobeat, pop rock, champeta y sin que falte el magnetismo de sus caderas, su marca registrada.

La danza de cuchillos antes de Suerte (Whenever, Wherever) es un momento hipnótico y cargado de simbolismo. Inspirada en las danzas tradicionales árabes, tiene una ejecución precisa y desafiante. La combinación de la iluminación, la música y su dominio corporal genera una sensación de peligro y elegancia al mismo tiempo, convirtiéndolo en uno de los puntos más impactantes de su show. Es una demostración de destreza y conexión con sus raíces, un sello de identidad que la distingue en el pop global.

En el Día Internacional de la Mujer Trabajadora Shakira se tomó un momento para hablarle a su público con un mensaje de fuerza: “Las mujeres somos capaces de reparar un mundo, somos capaces de reparar lo que otros dañan, somos capaces de unir lo que otros separan. Feliz día de la mujer” .

El despliegue visual del show estuvo cargado de referencias a su simbología personal. Una loba gigante dominó el escenario, representando una de sus canciones más importantes y consolidando su imagen como una artista que ha sabido reinventarse. Además, el *stagement* de la etapa final del recital estuvo marcado por los “10 mandamientos de la loba”, un concepto que refuerza su mensaje de empoderamiento.

El cierre con la BZRP Music Session, Vol. 53 selló la noche con una imagen para el recuerdo: miles de *shaki-dólares* volando sobre el público, reforzando el concepto de que “las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan”.

Cuando se apagaron las luces, quedó una certeza: Shakira no solo regresó a los escenarios, sino que lo hizo con una propuesta que reafirma su vigencia y su conexión con el público argentino, que la recibió como si nunca se hubiera ido.