Muchos son los edificios emblemáticos de la ciudad de Buenos Aires, reconocidos tanto por los turistas locales como los internacionales, y entre ellos, uno de los más destacados es la Iglesia Ortodoxa Rusa de la Santísima Trinidad, ubicado en Brasil 315, en el barrio de San Telmo.
Éste comenzó a construirse en 1898, según planos del arquitecto Mikhail Timofeevich Preobrazhensky. El ajuste del proyecto corrió por cuenta de Alejandro Christophersen. La iglesia, inaugurada en 1901, responde a las características de la arquitectura religiosa moscovita del siglo XVI. Entre los detalles ornamentales se destaca la cúpula central con su alta linterna, rodeada por cuatro torrecillas angulares, todas con sus respectivos cupulines de perfil bulboso.
A continuación te contamos más de esta inmensa edificación y de su historia sobre como llegó a ser una construcción tan reconocida a nivel local como mundial. Un destino importante para conocer y pasear por las calles de la gran ciudad nacional.
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Qué historia tiene el edificio de la Iglesia Ortodoxa Rusa de la Santísima Trinidad
El frente es plano, acusando dos niveles; en la planta baja la simetría resulta alterada por corresponder los accesos a funciones diferentes: el de la derecha conduce a las dependencias de planta baja y el de la izquierda al templo propiamente dicho, en la planta alta. En el nivel superior se destaca el cuerpo central, con tres ventanas agrupadas con vitrales, coronadas por dobles arcos de medio punto terminados en moldura de perfil conopial. Remata en un frontis mixtilíneo, cuyo lienzo ostenta un mosaico de la Santísima Trinidad.
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El acceso se produce a través de un zaguán, que remata en una escalera de doble tramo de mármol de Carrara; al llegar a la planta noble se modifica el recorrido en orden a responder al requerimiento litúrgico de orientar la cabecera de la iglesia hacia el este, resultando el eje del templo paralelo a la fachada y, a pesar de las dificultades que creó esta imposición, logrando plasmar un ámbito propicio para la oración, el recogimiento y la magnificencia de la liturgia oriental. La planta, en forma de cruz griega, es la tradicional en las iglesias bizantinas; su espacio central está cubierto por una cúpula hemisférica sobre pechinas, coronada por una alta linterna. Destaca el iconostasio, construido en cerámica ucraniana; presenta un tratamiento volumétrico con dos pequeños templetes cubiertos por cúpulas bulbiformes; tiene cinco puertas y está adornado con iconos.
La arquitectura que representa esta inmensa edificación simboliza la importancia de esta Iglesia y que sea una de las más destacadas de la ciudad de Buenos Aires.
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