Cúpula famosa: cuándo se construyó el Congreso de la Nación y qué modificaciones tuvo en el tiempo

Este edificio cuenta con un diseño icónico y con transformaciones que marcaron su evolución.

Caminar o pasar en algún medio de transporte por Entre Ríos y Rivadavia obliga levantar la vista y mirar el Palacio del Congreso Nacional, un símbolo arquitectónico que representa la historia y la identidad cultural de nuestro país. Su construcción, iniciada en el siglo XIX, respondió a la necesidad de contar con un espacio adecuado para las sesiones legislativas en un momento clave de institucionalidad en el país.

Desde su diseño inicial, a cargo del arquitecto italiano Vittorio Meano, hasta las diversas reformas y ampliaciones que se realizaron a lo largo de las décadas, el edificio evolucionó tanto en funcionalidad como en estética. Cada etapa de su desarrollo estuvo marcada por cambios políticos, sociales y tecnológicos que influyeron en su estructura.

El Congreso Nacional es un ícono de la arquitectura academicista grecorromana, como también un testigo de los acontecimientos más importantes de la historia argentina. La cúpula y su monumental fachada esconden una gran cantidad de historias sobre cómo fue adaptándose a las necesidades legislativas y culturales del país.

Palacio congreso

Cómo es la historia del edificio del Congreso de la Nación

En 1889, el presidente Juárez Celman presentó el proyecto para construir un edificio que albergara de manera definitiva al Congreso Nacional. El predio elegido se ubica entre las calles Entre Ríos, Combate de los Pozos, Rivadavia y la actual Hipólito Yrigoyen. Seis años después, en 1895, un concurso internacional definió que el diseño estaría a cargo de Vittorio Meano, un arquitecto italiano que propuso un estilo academicista grecorromano.

La obra comenzó en 1897 y, aunque el edificio fue inaugurado el 12 de mayo de 1906 bajo la presidencia de José Figueroa Alcorta, las tareas de construcción continuaron durante décadas. Recién en 1946 se consideró concluida la obra tras finalizar el revestimiento de piedra sobre la rotonda de la calle Combate de los Pozos.

Desde el inicio, el diseño respondió a la necesidad de un espacio amplio que permitiera la independencia operativa de las Cámaras de Senadores y Diputados. Además, incluyó comodidades tecnológicas innovadoras para la época, como iluminación eléctrica, ascensores, sistemas de calefacción y prevención de incendios, e incluso servicios como peluquería y barbería.

Palacio Congreso

Qué modificaciones tuvo el Congreso de la Nación a lo largo de su historia

Desde su inauguración, el edificio sufrió una numerosa cantidad de reformas que respondieron tanto a exigencias arquitectónicas como a contextos políticos cambiantes. En la década de 1930, se implementó el cerramiento con vitrales en las galerías internas, mientras que en los años 40 y 50, durante el primer gobierno peronista, se realizaron importantes reformas. Estas incluyeron la compartimentación de espacios, la finalización del revestimiento del recinto de Diputados y la construcción de un contenedor de piedra para la Constitución Nacional en el Salón Azul. Con la proscripción del peronismo en 1956, varios elementos conmemorativos de esa etapa fueron eliminados.

En los años 60, se construyó un cuarto piso para el Senado, lo que implicó la eliminación de vitrales y la instalación de nuevos sistemas de cañerías. Durante la década de 1970, bajo los gobiernos militares, se realizaron modificaciones estéticas y estructurales, como la reubicación de bancas en el Senado y la alteración de colores en algunos muros.

En los años 80, con el regreso de la democracia, se agregaron oficinas, calderas y nuevas bancas. Finalmente, en 1993, el edificio fue declarado Monumento Histórico y Artístico Nacional, lo que estableció estrictas regulaciones para su conservación y restauración.

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