Los vuelos de Aeroparque y Ezeiza sufrieron demoras de hasta cuatro horas en el marco de las intensas lluvias que se produjeron sobre el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), en las que además se registró actividad eléctrica.
Según consignó la agencia Noticias Argentinas, fuentes aeroportuarias marcaron que las demoras comenzaron a registrarse durante la madrugada de este lunes debido a las complicaciones por la falta de visibilidad y la actividad eléctrica, que llevó a suspender las tareas de asistencia en tierra y otras actividades.
En tal sentido, en Aeroparque las demoras más importantes estuvieron cerca de las cuatro horas y comprendieron a los vuelos entre las 7 y poco antes del mediodía. Además, en Ezeiza las complicaciones mayores se registraron durante la mañana ya que algunos vuelos fueron derivados a aeropuertos de alternativa, ante las condiciones desfavorables para los aterrizajes.
Sin embargo, a excepción de pocos vuelos, las demoras no superaron las dos horas en el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini.
A pesar de que las autoridades estiman que no se producirán otras demoras este lunes, los retrasos durante la mañana impactarán en la tarde en los vuelos posteriores.
El drama de los vecinos afectados por las inundaciones en zona sur
El temporal de fuertes lluvias caídas durante la jornada de domingo en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) provocó graves inundaciones en las localidades de Avellaneda, Berisso y Dock Sud, en el sur de la provincia de Buenos Aires donde lo vecinos sufren complicaciones con calles anegadas y alcantarillas tapadas. "Es de toda la vida esto", aseguró a C5N una hombre afectado por lo ocurrido.
Por su parte, este lunes el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) elevó a nivel naranja el alerta por tormentas que regía desde el fin de semana para la Ciudad de Buenos Aires y la zona del AMBA "debido a las precipitaciones intensas ocurridas en las últimas horas".
Embed - El duro TESTIMONIO de los VECINOS INUNDADOS en AVELLANEDA
La periodista de C5N Lucila Entin recorrió las calles de Avellaneda para hablar con gente afectada por las inundaciones. "Esto es de toda la vida, no es de ahora. Estoy tranquilo, no queda otra. No es algo nuevo y entonces ¿con quién te vas a enojar?", se preguntó de manera irónica un vecino del lugar.
En pos de pensar una posible solución, analizó que en el barrio "tenemos que hacer los todos los desagües nuevos", pero "nadie se pone en acción para hacerlo".