Día Mundial del Dolor: en la búsqueda de que el alivio sea considerado un derecho humano

Una de cada tres personas lleva una vida "anormal" por la presencia de padecimientos que le imposibilita realizar diferentes actividades. La OMS solicitó que el dolor crónico pase a ser considerado una enfermedad y el alivio un derecho humano.

Desde hace dos décadas, el 17 de octubre se conmemora el Día Mundial del Dolor, una fecha arbitraria pero que apunta a mantener en agenda que son millones de personas en el mundo que viven con dolor crónico y que esperan tratamientos que les permitan disfrutar de una calidad de vida mejor.

Fue el 11 de octubre de 2004 en Ginebra, en Suiza, que la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, la Federación Europea del Dolor y la Organización Mundial de la Salud (OMS) como corresponsal establecieron el 17 de octubre como el Día Mundial contra el Dolor.

Según datos de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, una de cada tres personas lleva una vida “anormal” por la presencia de padecimientos que les imposibilita realizar diferentes actividades indispensables para mantener los estándares de salud: hacer ejercicio, dormir bien o participar en actividades sociales. Su manejo inadecuado tiene repercusiones físicas, afectivas y socioeconómicas para la persona pero también la familia y el sistema de salud. Además, tiene impacto económico: el dolor crónico es la principal causa de ausencias laborales y discapacidad.

Con investigación, información, recursos, apoyo emocional y social, los pacientes pueden comprometerse con un tratamiento y esto contribuye a su mejora. Ante tal situación, la OMS solicitó que el dolor crónico pase a ser considerado una enfermedad y que el alivio, como concepto, sea catalogado como un derecho humano.

Ejercicios dolor de cuello

En Argentina, no existen estudios epidemiológicos específicos para nuestro país, pero los datos extrapolados de Estados Unidos indican que cincuenta millones de personas sufren de cefalea o migrañas, mientras que más de cien millones experimentan algún tipo de dolor que afecta su calidad de vida, casi un tercio de la población.

"La calidad de vida en pacientes con dolor neuropático es muy parecida a los pacientes que sufren de insuficiencia cardíaca crónica o pacientes oncológicos", explica el doctor Carlos Ciraolo, jefe de Neurocirugía Funcional del Hospital Italiano. Destaca, además, que el dolor puede afectar tanto a pacientes frágiles como a pacientes sanos. Por ejemplo, un paciente puede ser joven, hacer deporte y tener una vida activa, pero también puede ser un adulto mayor, un niño o una embarazada.

Existen diferentes tipos de dolor, como el dolor nociceptivo o el dolor neuropático. El primero es característico de un dolor inflamatorio que generalmente se presenta como algo sólido, cortante, punzante, pulsátil y puede ser a nivel de estructuras como extremidades, articulación o visceral. Pero el dolor neuropático puede ser de características quemantes, distestésicas, hiperalgésicas que puede afectar a nivel periférico, por ejemplo, el dolor de cabeza o dolor central por un accidente cerebrovascular. Muchas veces, el paciente no puede describir exactamente dónde está el dolor. Sin embargo, la mayoría de los pacientes presentan un dolor mixto, con un componente no susceptible y uno neuropático, y muchas veces prevalece más uno de ellos.

El dolor puede manifestarse de diversas formas: física, psíquica, espiritual y social, interfiriendo con la vida diaria del paciente y las personas que le rodean. Además, el impacto socioeconómico es considerable, ya que un dolor neuropático triplica los costos en salud.

EJERCICIOS
La actividad física es fundamental para evitar los dolores.

La actividad física es fundamental para evitar los dolores.

Para aliviar el dolor crónico, los médicos buscan la mejora funcional del paciente. Esto puede implicar desde tratamientos conservadores hasta intervencionistas, pero siempre buscando que sea el tratamiento más efectivo, simple, seguro y viable.

Uno de los tratamientos más innovadores en este campo es la neuromodulación, que puede ser eléctrica o química. La neuromodulación eléctrica implica la colocación de electrodos a nivel epidural para estimular los cordones propioceptivos y retrasar la conducción del estímulo termoalgésico. Este tratamiento ha demostrado ser eficaz cuando han fallado todas las terapias conservadoras, mejorando la funcionalidad del paciente y permitiéndole reducir la medicación.

"Actualmente, los avances en la estimulación eléctrica van más allá de sus aplicaciones originales. Los equipos modernos están equipados con inteligencia artificial y pueden interpretar, a través de receptores o sensores cinéticos, si el paciente está sentado, acostado o corriendo. En función de esto, se puede reprogramar la estimulación para cada actividad, ajustando la intensidad de la electricidad según sea necesario. Además, estos dispositivos registran el comportamiento del paciente, permitiendo tanto al médico como al paciente llevar un seguimiento detallado de cómo ha respondido a la estimulación y mejorar la programación en consecuencia", explica el médico.

Hoy, la inteligencia artificial juega un papel crucial en el futuro del manejo del dolor crónico, ya que permitiría agilizar el proceso de tratamiento, adaptándose a las necesidades del paciente en tiempo real y mejorando la eficacia de las terapias.

TEMAS RELACIONADOS
DEJA TU COMENTARIO: