El aterrador crimen de Jorge Eduardo Burgos, el descuartizador de Barracas

El 19 de febrero de 1955, un cura en pleno paseo dominical se encontró con algo macabro: un paquete con el torso de una mujer en su interior. La Policía comenzó a buscar al asesino, pero halló algo peor: otros restos que correspondían al mismo cadáver. El país se revolucionó ante un asesinato sin precedentes y tan despiadado. ¿Había un chacal suelto en la ciudad?

Corría el año 1955, con la segunda presidencia de Juan Domingo Perón casi sin poder y el golpe de Estado denominado “Revolución Libertadora” en puerta. El asesinato cobró relevancias en todos los diarios porteños, mientras que los investigadores intentaban responder dos preguntas claves: quién era la joven y, sobre todo, quién era el asesino.

Diario crimen Alcira .png

Las pistas se completarían con la cabeza encontrada en una canasta en el Ricahuelo, que junto al torso y los muslos, pertenecientes a la misma mujer. “Los cuerpos hablan en la autopsia", fue la frase clave del caso, ya que descubrieron en el cuerpo de la víctima una cicatriz a la altura del hombro, gracias a lo cual descubrieron su identidad.

La mujer fue identificada como Alcira Methyger, de 27 años, y la cicatriz a la altura de su hombro data de una operación por fractura de clavícula producto de un accidente automovilístico. Inmediatamente, la Policía contactó a su familia para poder establecer las circunstancias del homicidio o al menos alguna pista que los lleve al asesino.

Burgos y .png

Fue la hermana de Ana quien dio detalles de la víctima, quien hacía diez años había llegado a Buenos Aires y trabajaba como empleada doméstica. Ana tenía varios pretendientes, pero ella siempre le hablaba de Jorge, un hombre más grande que gozaba de una buena situación económica.

Jorge Eduardo Burgos era un hombre de estudios, vivía con sus padres y, con 30 años, era un experto estudiante de idiomas. Cuando la policía fue a buscarlo a su domicilio, no lo encontraron porque había viajado a Mar del Plata. Luego de una intensa búsqueda, lograron detenerlo en la estación de trenes.

En su declaración, Burgos alegó: "La conocí hace diez años. Yo estaba tan enamorado de ella que llegué a proponerle matrimonio, pero ella siempre me menospreciaba y no quería darme una oportunidad. Fue el 17 de febrero. Yo estaba solo porque mi familia estaba de viaje. Fui a su casa y encontré una carta de un tal Pascual".

Los investigadores establecieron que Pascual se trataba del amante de Ana, por lo que Burgos estalló de ira al leer sobre las noches apasionadas entre ambos y las cuales él nunca había podido concretar. "No sé qué pasó, su amor se desvaneció, y de golpe estaba muerta", expresó el asesino.

Jorge Eduardo Burgos

Con mucha frialdad, Burgos decidió desaparecer el cuerpo de Ana, por lo que lo llevó a una bañadera, lo desangró, y con dos cuchillos y un serrucho, lo seccionó. Completamente alcoholizado, viajó en colectivos hasta distintos descampados donde descartó los restos.

Burgos fue condenado a 20 años de cárcel por homicidio simple, ya que, para esa época, no existía la carátula de femicidio. Le rebajaron la condena tiempo después a 14 años debido a una conducta ejemplar en prisión y en 1965 quedó en libertad, al cumplir las dos terceras partes de su condena.

Regresó al 3°E de su edificio en Montes de Oca 280 y pasó sus últimos años lustrando muebles. En el año 2006, Eduardo Jorge Burgos murió. Un femicida que, por celos de un amor no correspondido, apagó la vida de una joven inocente.

Historias oscuras, una producción original de C5N

Crímenes espeluznantes, descuartizadores, asesinos que aparecen en las sombras para llevar a cabo una matanza. La cabeza de una mujer aparece en los Lagos de Palermo, ocho personas son presa de la furia de un apostador que intenta ocultar sus deudas, delincuentes despiadados que se lanzan a matar por puro placer. Con su particular estilo, el reconocido periodista Paulo Kablan recrea los casos policiales más tenebrosos de los legajos de la Argentina en Historias oscuras, una producción original de C5N.

¿Quiénes fueron? ¿A qué se debían sus instintos asesinos? ¿Hay pistas para descifrar sus identidades después de tanto tiempo? Durante años, estas historias despertaron miles e increíbles hipótesis y alimentaron las pesadillas y temores de millones de personas.

Con un gran despliegue y una recreación fidedigna en base a los documentos de época, en cada capítulo Paulo Kablan se mete de lleno en una historia para indagar en lo más oscuro del alma humana.