En el centro de la Ciudad de Buenos Aires se encuentra una estructura que marcó el comienzo de la arquitectura en altura en Sudamérica. Construido a inicios del siglo XX, el Railway Building se convirtió en el edificio más alto de la región, estableciendo un precedente para el desarrollo urbano de la ciudad. Su historia, rodeada de mitos y decisiones estratégicas, da cuenta de la influencia del sector ferroviario británico en la Argentina de la época.
Finalizado en 1910, pero inaugurado cuatro años después, este rascacielos estuvo envuelto en rumores que hablaban de una inclinación peligrosa en su estructura. Aunque esta versión nunca se confirmó, generó incertidumbre y retrasó su habilitación. Diseñado por arquitectos de renombre, su construcción no solo desafío los códigos de edificación de la época, sino que también transformó el perfil de la ciudad. Además, a lo largo de los años, el edificio cambió de dueños y propósito, pasando de ser sede de compañías ferroviarias británicas a albergar oficinas gubernamentales.
Railway Building
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Cuál es la historia del Railway Building, el primer rascacielos de América del Sur
Ubicado en la intersección de Paseo Colón y Alsina, en el barrio de Monserrat, el Railway Building se levantó como un símbolo del poder ferroviario británico en Argentina. Su construcción, llevada a cabo entre 1907 y 1910, fue impulsada por la necesidad de centralizar las operaciones de varias compañías de trenes británicas.
El diseño estuvo a cargo del prestigioso estudio conformado por Eustace Lauriston Conder, Paul Bell Chambers y Louis Newbery Thomas, arquitectos que ya habían trabajado en proyectos ferroviarios en el país. Inspirado en la arquitectura academicista británica y en la Escuela de Chicago, su estructura metálica permitió alcanzar una altura de 80 metros, superando el límite permitido por la normativa vigente. Este desafío se logró gracias a una excepción otorgada por el Consejo Deliberante y el intendente Carlos T. de Alvear, que consideraron la obra de interés estratégico.
El Railway Building no solo fue el primero en América Latina en superar las diez plantas, sino que también obtuvo el título de edificio más alto de la región hasta 1923, cuando el Palacio Barolo lo desplazó. Su fisonomía original incluía una fachada en tres secciones: un basamento sólido, un desarrollo vertical y una cúpula con mansardas metálicas, similar a la del Congreso Nacional.
Railway Building
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Su inauguración oficial en 1914 se demoró debido a una versión que aseguraba que el edificio se inclinaba y podía derrumbarse. Aunque la información era falsa, se generó suficiente inquietud como para frenar las actividades en su interior durante meses. Este episodio alimentó su leyenda, ganándose el apodo de "la Torre de Pisa porteña".
En sus primeros años, albergó oficinas de las compañías Buenos Aires al Pacífico, del Oeste y Central Argentino. Con la nacionalización de los ferrocarriles en la década de 1940, pasó a manos del Estado, convirtiéndose luego en la sede de Aerolíneas Argentinas. Desde los años '90, es el centro de operaciones de la Secretaría de Energía de la Nación.
A lo largo del tiempo, el Railway Building sufrió modificaciones que alteraron su diseño original. En 1936, con la construcción del Palacio de Hacienda, su chimenea fue eliminada y la fachada norte convertida en medianera, perdiendo parte de su majestuosidad. Hoy, este rascacielos sigue siendo una referencia del crecimiento urbano y económico de Buenos Aires.
Ubicado en una zona estratégica, cercana a la Casa Rosada, Plaza de Mayo y Puerto Madero, es un referente del mercado inmobiliario. A pesar de los cambios en su entorno y en su función, el Railway Building mantiene su lugar en la historia como pionero de la arquitectura en altura en Sudamérica.