En el Día Mundial dedicado a concientizar sobre la incontinencia urinaria, el objetivo es claro: visibilizar una realidad que a menudo se vive en silencio, marcada por la vergüenza y el tabú. Se estima que uno de cada cuatro adultos mayores de 40 años experimentan incontinencia urinaria, y la cifra se eleva a más del 50% entre las mujeres que han atravesado un embarazo. Sin embargo, muchos afectados evitan buscar ayuda, lo que impacta negativamente su calidad de vida.
El doctor Héctor Soderini (M.N. 93007), presidente de AUGA (Asociación Uroginecológica Argentina)), subraya la importancia de romper el silencio: "Esto puede traer complicaciones que van directamente de la mano de la afección de la calidad de vida del paciente, llevándolo a cambiar hábitos de vestimenta o asilarse socialmente, afectando la vida laboral y productiva, y hasta generar un mapa de baños disponibles ante salidas".
La incontinencia urinaria no solo afecta la vida social y laboral, sino que también puede conducir a la depresión, la ansiedad, el aislamiento y un mayor riesgo de infecciones del tracto urinario. Además, los gastos asociados al manejo de la condición pueden representar una carga financiera significativa para quienes la padecen.
Afortunadamente, la incontinencia urinaria es tratable. Un diagnóstico adecuado, basado en la historia clínica y un examen físico, permite determinar los abordajes de tratamiento más efectivos para cada paciente.
Soderini explica que los tratamientos van a depender del tipo de incontinencia, el abanico es amplio. “Por ejemplo, para la incontinencia de esfuerzo se puede realizar kinesiología o tratamientos quirúrgicos. Mientras que para la vejiga hiperactiva hay tratamientos farmacológicos, kinesiología, bótox vesical o neuromodulación sacra. Siempre acompañados de medidas conductuales, alimentarías y la adecuada ingesta liquida", detalla.
Entre las opciones de tratamiento se encuentran las modificaciones conductuales, que incluyen el entrenamiento vesical, ajustes en la dieta y ejercicios del suelo pélvico. La terapia farmacológica, por su parte, puede abordar tipos específicos de incontinencia, como el síndrome de vejiga hiperactiva.
La neuromodulación sacra, una innovadora terapia que utiliza estimulación eléctrica leve para restaurar la función normal de la vejiga, ofrece una solución prometedora para pacientes que no han respondido a otros tratamientos. Finalmente, los procedimientos quirúrgicos son especialmente recomendados para la incontinencia de orina de esfuerzo, con altas tasas de curación.
La incontinencia urinaria no debe ser aceptada como una parte inevitable de la vida. Al informarse, explorar las opciones de tratamiento y romper el silencio, los pacientes pueden recuperar el control y mejorar significativamente su calidad de vida.