La batalla de Martha Pelloni: tres décadas de una mujer de Dios contra el robo y la venta de niños

Con 83 años, lleva 30 enfrentando este oculto y macabro negocio clandestino en la Argentina. "Los jueces y la policía con el tiempo me tienen respeto y algo de miedo", afirmó en diálogo con C5N.

En la patria del Papa Francisco se venden y roban niños con fines de explotación sexual, pornográfica, adopciones ilegales y hasta ritos satánicos.

El clandestino negocio multimillonario en la Argentina tiene desde hace tres décadas como uno de sus principales adversarios a la hermana Martha Pelloni. La carmelita misionera teresiana con voz profética viene clamando ante micrófonos, grabadores o cámaras de televisión -de allí su notoriedad- una realidad oculta que ella conoció por primera vez siendo rectora de un bachiller católico en Catamarca. Un crimen que involucró drogas y la violación de una estudiante de 17 años, María Soledad Morales, a manos de hijos del poder local por la que encabezó, en la década del noventa, movilizaciones callejeras conocidas como “las marchas del silencio”.

Pelloni, a sus 83 años, recibió a C5N en la residencia para religiosas ancianas de su orden, en la localidad bonaerense de Santos Lugares, diócesis de San Martín, donde vive desde hace seis años y donde, especialmente por teléfono celular, atiende causas de violencia o impunidad de todo tipo, con abogadas voluntarias, sumando la atención al rescate y sanación de víctimas en casas de acogida.

Además prepara asambleas y charlas preventivas contra el “machismo patriarcal” que impulsa con alegría desde la organización civil que parió “Infancia Robada” (consultar sus redes sociales para aportar información o colaborar económicamente) que ingresó hace poco tiempo en Red Clamor, la sigla de la Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas, que integra el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

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Marta Pelloni, en la residencia para religiosas ancianas de su orden, en Santos Lugares.

Marta Pelloni, en la residencia para religiosas ancianas de su orden, en Santos Lugares.

Periodista: ¿Cuál es su experiencia en la lucha contra la trata, sobre todo de niños y adolescentes?

Martha Pelloni.: Conocí el primer encubrimiento político, judicial, y policial a los 46 años. Hoy son muchos más los femicidios, las abusadas, las drogas, las distintas formas de violencia, la trata cibernética que lleva más dinero, los niños y adolescentes secuestrados para la pedofilia. ¿Cuántos niños a los 9 años ya consumen pornografía en las redes? Nuestra lucha, por un lado, es para conseguir la justicia que se merecen las víctimas de todo tipo de violencia. Pero también todo esto supone una transformación de educación y prevención seria que comienza en la familia, se sigue en la escuela y se proyecta en la sociedad para poder llegar también a la política. Llevamos 30 foros organizados en todo el país, que se atienden con voluntarios que comprenden esta dimensión social.

P: Existe una conmoción nacional por la desaparición de un niño de cinco años, Loan Peña. Además, se viene denunciando el robo de niños para ritos satánicos. ¿Qué nos puede contar de este siniestro negocio?

MP: La gente vive en la vulnerabilidad, que no es solo falta de trabajo sino lo que llamamos pobreza estructural y falta de promoción humana, donde abunda la droga, el alcohol y la prostitución. Allí aparece el rito satánico. Sobre todo en creencias de gente muy sencilla donde se instala la droga.

Recuerdo el caso de Ramoncito, en la ciudad de Mercedes, provincia de Corrientes. Una de las personas más ricas allí compraba los bebés para venderlos. Ramonita, de 15 años, una de las chicas que hemos tenido oculta muchos años, iba a ser la víctima del rito luego del crimen de Ramoncito, ella era ‘la elegida’ para los sacrificios. Porque el rito, a lo que ellos llaman ‘celebraciones’, consiste en una ceremonia de orgías, con drogas, violaciones, ofrecen niños y también animales. Son brujerías. Tienen cargos y roles en la brujería. Llegan a cortarle la cabeza a niños de 12 años, como ocurrió con Ramoncito.

Existen causas judiciales, libros escritos y periodistas dedicados a este tema, pero estas mismas características se repiten en otras provincias. También recuerdo un bebé que trajeron de ofrenda y lo mataron en esa fiesta. Cuando en Cámara Gesell preguntaron quién fue a esa fiesta de rito satánico se habló del intendente, la dentista del municipio; lo mismo en otros casos, a veces se involucra una fiscal o el dueño de un supermercado.

P: ¿Existen conexiones entre la venta de chicos hacia Europa desde Argentina o América?

MP: Sí completamente. Recuerdo en el año ’92 cuando llegué a Goya, provincia de Corrientes, mi tarea fue escuchar a quienes les robaban los hijos para "darlos en adopción", en lo que era una venta directa de bebés. Lo que pude encontrar recién ocho años después fueron unos alemanes que estaban en un hotel esperando que les entregaran un bebé que habían comprado. Esa trama involucraba a un abogado, esposo de la asesora de menores, que recibía el caso de entrega de niños para "adopción legal" pero que luego eran vendidos. Actualmente se hace lo mismo. Los centros de niñez de los municipios o provincias a veces tienen gente corrupta que negocia con los adoptantes. Nosotros hace poco tuvimos un caso. En Infancia Robada estamos sobre estos casos y nos dedicamos mucho a conformar lo que la ley llama "familia ampliada" para evitar las ventas.

P: ¿En la iglesia o su congregación el tema de la venta y robo de niños cómo es recibido?

MP: Como pasa en toda la sociedad. Cuesta entender, cuesta aceptarlo como una misión. Dios me habla interiormente ante la familia sufriente. Fíjate vos, acá vino hace poco una mujer evangélica, de unos cuarenta años, que quedó soltera y me decía llorando: ‘No me casé porque no ocurrió, pero llegó el momento en el que quiero tener un hijo. Entonces junté plata y me hice inseminación artificial. Tuve a mi hija por cesárea, pero claro vivo sola, soy profesional, al ser virgen, nunca estuve con un hombre y los dolores fueron terribles, entonces me fui a comprar medicamentos a la farmacia. Tuve que dejar la nena en casa'.

Como los dolores no paraban me contó que fue con el bebé a una doctora, a la que le contó que había dejado a su beba un tiempo en la casa. Dijo que la abordó un policía y le sacó la nena. A ella le agarró un ataque de nervios, la internaron, creyó que se quedaba loca. Entonces llamé a mi abogada para ver cómo ayudarla y luego nos movemos en los estamentos del Estado, sea en la justicia, en niñez. Soy como una fiscal con hábito y en equipo me muevo. Los jueces, la policía, con el tiempo me tienen respeto y algo de miedo.

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La hermana Pelloni mostró el rosario que le envió el Papa.

La hermana Pelloni mostró el rosario que le envió el Papa.

Sobre el final del diálogo, la hermana Pelloni mostró un rosario enviado por el Papa Francisco y le dedicó unas palabras: “Me lo mandó por la hermana general de nuestra orden, que es española, que le fue a plantear problemas muy serios sobre trata, y le dijo 'que siga haciendo lío'. El Papa Francisco es un fuera de serie. Dios le habla de una manera especial. No solo lo que ve, siente, reflexiona, sino como lo dice. Es un gran pedagogo mundial. Un enviado de Dios para cambiar el mundo”.

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