La construcción colonial más antigua de Argentina: cuál es el edificio religioso con más historia del país

La Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, ubicada en la ciudad de Córdoba, es un emblema histórico y arquitectónico que remonta sus orígenes al período colonial. Este icónico edificio, considerado la construcción más antigua del país, fue testigo de más de cuatro siglos de historia y cambios culturales.

Inaugurada en 1582, esta catedral no solo es un lugar de culto, sino también un monumento declarado como Patrimonio Histórico Nacional. Su diseño reúne estilos renacentistas, barrocos y neoclásicos, dando muestra de la influencia de arquitectos jesuitas y artesanos indígenas en su construcción. A lo largo de los años, se realizaron restauraciones que mantuvieron intacta su impronta.

Además de su arquitectura imponente, la catedral es hogar de un valioso tesoro compuesto por exvotos y piezas de metales preciosos. Aunque sufrió saqueos en el siglo XX, su legado artístico y cultural sigue llamando la atención tanto a devotos como a los turistas que se acercan a contemplar su atractivo.

Catedral de Nuestra Señora de la Asunción

Turismo Córdoba Capital

Cuál es la historia de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción

La historia de la catedral comienza en 1582, cuando fue diseñada como Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Ubicada en el corazón histórico de Córdoba, su construcción avanzó durante más de dos siglos, pasando por las manos de destacados arquitectos como Gian Battista Primoli y Ricardo González Merguete. En 1706 fue consagrada oficialmente, consolidándose como un ícono religioso y cultural.

Los detalles arquitectónicos son un reflejo de su rica evolución: una planta de cruz latina, cúpulas elaboradas con nervaduras ornamentales y una fachada principal adornada con esculturas que representan a figuras bíblicas. La integración de estilos como el barroco colonial y el neoclásico le otorgan un carácter muy particular.

Catedral de Nuestra Señora de la Asunción

Turismo Córdoba Capital

En su interior, llaman la atención las tallas de madera doradas a la hoja de oro, un altar mayor trabajado en plata repujada, proveniente del Alto Perú, y frescos realizados por artistas como Emilio Caraffa. Otro detalle interesante son sus vitrales de colores intensos, los cuales permiten que la luz natural resalte cada rincón de la nave central.

A lo largo de los siglos, la catedral fue testigo de eventos clave de la historia argentina. En 1941 fue declarada Monumento Histórico Nacional y, para el Bicentenario en 2010, se completaron restauraciones que reafirmaron su lugar como una joya patrimonial. Su legado se extiende más allá de lo arquitectónico, simbolizando la resiliencia y la identidad cultural de Córdoba.