Cuando empieza la temporada de verano y los turistas se lanzan a la ruta para disfrutar de la Costa Atlántica, sin dudas el mate es el fiel compañero. ¿Pero qué sería sin la compañía de las medialunas? Es ahí cuando aparece la parada obligada en el famoso local de medialunas Atalaya.
A lo largo de los años, este parador se convirtió en un infaltable de todo viaje y tuvo sus propias “redes sociales” a la vieja usanza: el boca en boca. Así, lo que comenzó siendo un pequeño local creado por dos españoles logró expandirse gracias a la inversión de un grupo de socios que supieron darle su sello para, más de 80 años después, convertirlo en el lugar más recomendado de la Ruta 2, a la altura de Chascomús.
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Fue fundado en 1942 por Ángel y Odilio García.
Fundado en 1942, Ángel y Odilio García vieron la oportunidad de construir un parador entre la ciudad de Buenos Aires y Mar del Plata en la época en que empezaba el auge de vacacionar en las playas argentinas. Pese al éxito de la apuesta, una decisión personal hizo que unos años después de haber abierto el local, lo pusieron en venta.
“Mi abuelo vio la oportunidad y la compraron con su socio, y hoy ya somos la tercera generación que estamos a cargo de la empresa”, relató el director de la empresa, Juan Ignacio Castoldi, en diálogo con C5N.
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Atalaya, un infaltable de todo viaje.
El local se mantiene en el mismo lugar de siempre, pero experimentó un cambio y crecimiento rotundo: “Antes era un lugar muy chiquito, más destinado a la comida española, inclusive llegó a funcionar una parrilla, pero todo eso fue cambiando. De a poco los viajantes pasaban y tenías que tener una oferta como el café con leche con medialunas, el desayuno más tradicional de la Argentina. Ahí desarrollamos una receta que en la década del '70 empieza a hacerse muy famosa”.
Atalaya
Nació como un parador entre la ciudad de Buenos Aires y Mar del Plata.
El atractivo del local era tomarse unos minutos a la vera de la ruta antes de llegar a destino, disfrutar de una comida tradicional y seguir, pero una receta lo cambió todo. “En esa década empezamos a sonar como parador ‘histórico’ o ‘mítico’ de la ruta por esa receta que hizo uno de los socios, la familia Rey, qué gustó y pegó mucho en el público. Una receta distinta”, especificó Castoldi.
Cuando comenzó a funcionar no existían las redes sociales, por lo que fueron los propios turistas los que convirtieron estas medialunas en las más prestigiosas de la ruta con destino a la playa. Pero también siempre fue un sello distintivo su edificio con estructura circular.
Medialunas Atalaya, ¿qué tienen de especial sus productos?
Nadie sabe a ciencia cierta si es su composición, sus ingredientes o la forma en que son preparadas, pero todos coinciden en que su gusto es incomparable. ¿Cuál es la receta secreta?
“Podés hacer algunas medialunas con leche o con agua, dos recetas tradicionales, pero nosotros elegimos hacer una receta con agua en la que se destaca mucho el sabor de la manteca, eso es lo que la hizo distinta a lo que había en el mercado en su momento y lo que empezó a traer más gente”, explicó.
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Con los años, el local se fue modernizando.
En el último año, la empresa llegó a fabricar alrededor de 15 millones de medialunas, no solo en Chascomús sino en todas las franquicias, que ya son 18 y con miras a seguir el crecimiento. “Rosario y Córdoba son proyectos que ya más o menos están delineados para 2026, nos gustaría estar”, reconoció sobre la extensión en el resto del país, y agregó que también está recibiendo muchas solicitudes para instalar franquicias en Neuquén.
Embed - Parador Atalaya on Instagram: "Argentina es alto país Y nuestros productos son el fiel reflejo de ello #Argentina #Atalaya #Producción"
“Todas las medialunas las hacemos en Chascomús, las que van a la franquicia se congelan, después en el local se descongelan, se ponen al horno y salen exactamente igual a la que uno consume en el local de la ruta", relató Castoldi.
Una tradición argentina que evoluciona con tecnología e innovación
Con el tiempo y el éxito consumado, Atalaya debió apostar por un crecimiento en su infraestructura y agregar opciones de productos para los clientes.
Así, además de las medialunas con dulce de leche, crema pastelera y nutella, Atalaya comenzó a fabricar conitos rellenos, palmeritas y hasta lanzó su propia línea de café “para que la gente se lo pueda llevar a la casa, con granos de Brasil y de Colombia”.
En cuanto a la innovación, si bien en los productos tratan de ser “más tradicionales”, Castoldi señaló que su prioridad “va por el lado del atractivo del local” y, por ejemplo, “en la ruta fuimos los primeros en instalar cargadores eléctricos de vehículos en el 2021”.
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Atalaya apostó por un crecimiento en su infraestructura y agregó opciones de productos para los clientes.
“También tenemos los famosos kioscos de autoservicio en nuestro parador, con las computadoras que vos vas y pedís. Innovamos en el punto de venta y por ahí no tanto en el producto”, indicó y agregó: “Actualmente también estamos desarrollando una aplicación para que el día de mañana cuando vayas en la ruta ya puedas ir encargando el pedido”.
Acorde a la pasión que tenemos los argentinos por las mascotas, además de ser un parador para los trabajadores, ruteros, familias y amigos, también lo es para ellos, que cuentan con su propio espacio en el lugar: “Ahora hicimos un parque de mascotas porque notamos la cantidad de gente que las lleva de vacaciones. Estamos tratamos siempre de escuchar y ver las necesidades del cliente”.