Una iniciativa de la Asociación Vecinal Nordelta (AVN) para controlar la población de carpinchos causó polémica en Tigre: mientras los habitantes del barrio cerrado aseguran que viven una "invasión", asociaciones ambientalistas denuncian que se ven cada vez menos ejemplares y que existe "una situación de destierro".
Según la información difundida vía mail por la AVN, el proyecto cuenta con el aval de la Dirección de Flora y Fauna de la provincia de Buenos Aires y el apoyo de investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y la Universidad de Buenos Aires (UBA), quienes se encargarán del seguimiento.
El plan consiste en vacunar 250 animales adultos con un anticonceptivo que tendrá un efecto temporal, por el plazo de nueves meses, para que no puedan reproducirse y así estabilizar la población. "La vacunación será ambulatoria, y luego de cada aplicación el animal será liberado en su lugar habitual", explicaron.
Sin embargo, organizaciones protectoras señalan que no hay suficientes datos sobre el proyecto. "No tenemos ninguna otra información más que la bajada por mail, que es la palabra de AVN y no palabra oficial", sostuvo Silvia Soto, integrante de Carpinchos Nordelta "Somos su voz", a Mañanas Argentinas por C5N.
"Nunca nos han participado esta modalidad. Simplemente recibimos un mail donde nos informaron que habían presentado una actualización del diseño y plan integral de manejo de flora y fauna, cursos de agua y espacios verdes. Este modelo viene desde el año pasado arrasando con todo", explicó al móvil de Paula Avellaneda.
"El ambiente y los carpinchos no son propiedad privada de Nordelta ni de la AVN. Realmente los carpinchos están viviendo una situación de destierro y acorralamiento cada vez mayor. El desarrollo inmobiliario es un lote al lado del otro, no tienen lugar. No entendemos en absoluto esta modalidad", expresó la ambientalista.
Soto consideró que es "entendible" que los vecinos de Nordelta "no quieran que la fauna silvestre entre a sus jardines, aunque no estemos de acuerdo". "Por eso, creo yo, estos mismos vecinos deberían unirse a nuestro reclamo de corredores biológicos y áreas de reserva natural", indicó.
"No puede ser la solución una vacunación que controle a una población que está diezmada, desterrada y acorralada. Son más de 1.700 hectáreas que lleva Nordelta, ¿de qué número estamos hablando en total? Necesitamos un censo poblacional serio", concluyó.