La Casa Histórica de Tucumán, emblema de la independencia de nuestro país, atravesó múltiples transformaciones a lo largo de su existencia que definieron su identidad actual. Esta construcción colonial, que fue testigo del nacimiento de la patria, adquirió su popular denominación "La Casita" a principios del siglo XX debido a una peculiar intervención arquitectónica que marcó su historia.
El inmueble, originalmente propiedad de Francisca Bazán de Laguna, fue escenario de uno de los acontecimientos más significativos de la historia argentina cuando 29 congresales declararon la Independencia el 9 de julio de 1816. Desde entonces, el edificio experimentó numerosas modificaciones, incluyendo demoliciones parciales, reconstrucciones y cambios en su estructura que contribuyeron a forjar su característica identidad.
Lo que hoy conocemos como Casa Histórica es producto de una minuciosa reconstrucción realizada en 1943, que buscó recuperar su aspecto original basándose en documentos históricos y fotos de época. Pese a eso, el origen de su popular denominación "La Casita" tiene raíces en una singular construcción que la albergó a principios del siglo XX.
Casa Histórica de Tucumán
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Cómo fue el origen del apodo "La Casita de Tucumán" para la Casa Histórica
La denominación surgió en 1904, cuando se inauguró una imponente estructura conocida como "El Templete". Esta construcción, ordenada por el presidente Julio A. Roca, se levantó luego de la demolición de gran parte del edificio original, conservando únicamente el Salón de la Jura.
El contraste que resultó quedando marcó un detalle muy pintoresco. Dentro de una majestuosa edificación de estilo francés, adornada con ventanales, vitraux, molduras, cornisas y pináculos, se preservaba el modesto Salón de la Jura. Esta sala histórica, construida con adobe, tejas y una sencilla puerta central flanqueada por dos ventanas, parecía diminuta en comparación con la grandiosidad de su contenedor.
Casa Histórica de Tucumán
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La notable diferencia entre el refinado exterior y el humilde interior dio origen al apodo "La Casita". El término surgió espontáneamente al observar cómo el histórico salón, despojado de su entorno original, semejaba una pequeña vivienda tradicional resguardada dentro de un lujoso "estuche" arquitectónico de inspiración europea.
Este apelativo perduró en el imaginario popular, incluso después de que en 1943 se demoliera "El Templete" para reconstruir la Casa Histórica según su diseño original, basándose en fotos tomadas por Ángel Paganelli en 1869 y planos históricos de 1870.