Los nuevos ajustes en la normativa italiana para otorgar la ciudadanía generaron preocupación entre quienes buscan radicarse en Europa a través de sus antepasados. Argentina, con una gran comunidad descendiente de italianos, es uno de los países más afectados por esta medida.
El gobierno italiano resolvió limitar el acceso al reconocimiento por linaje, en un intento por ordenar el sistema administrativo y responder a razones de seguridad. La iniciativa plantea condiciones más estrictas para quienes aspiraban a iniciar el trámite con base en vínculos familiares lejanos.
Este giro legislativo obliga a muchos a revisar sus planes migratorios, ya que pone en jaque una vía que históricamente facilitó el ingreso legal a Europa desde Sudamérica.
Cuáles son los cambios que tiene la ciudadanía italiana y cómo afecta a los argentinos que quieran emigrar
Una resolución reciente del Ejecutivo italiano modificó el alcance del derecho a solicitar la ciudadanía por descendencia. El nuevo criterio establece que solo podrán acceder a este reconocimiento quienes tengan padres o abuelos nacidos en Italia, dejando sin posibilidad a los descendientes de bisabuelos, tatarabuelos o generaciones anteriores.
La medida llegó por medio de un decreto de urgencia. Esta parece justificarse por dos motivos principales: el colapso en los consulados y juzgados por la alta demanda de solicitudes, y preocupaciones vinculadas a la seguridad del país. Esto se da en un contexto de endurecimiento general de las políticas migratorias en Italia.
Diego Guelar, exembajador argentino ante la Unión Europea, señaló que esta reforma pone en cuestión la tradicional interpretación del ius sanguinis, vigente desde 1871, que permitía reclamar la nacionalidad italiana incluso con ascendencia remota. La nueva postura, promovida por la primera ministra Giorgia Meloni, prioriza la línea directa de hijos y nietos como únicos herederos de este derecho.
Estos cambios afectan de manera directa a una parte importante de los argentinos que veían en su árbol genealógico una oportunidad concreta de emigrar, sobre todo en el marco de la crisis económica local y el interés por reconstruir lazos con Europa.