Todo comenzó cuando la joven Laina Morris grabó una parodia para participar en un concurso de perfumes de Justin Bieber, sin pensar siquiera en que su rostro sería uno de los íconos más reconocibles de la cultura de los memes virales.
Un video no planeado hizo conocida a Laina Morris. Con el tiempo, la exposición mediática en internet la perjudicó notablemente.
Todo comenzó cuando la joven Laina Morris grabó una parodia para participar en un concurso de perfumes de Justin Bieber, sin pensar siquiera en que su rostro sería uno de los íconos más reconocibles de la cultura de los memes virales.
En 2012 publicó en YouTube el video titulado “JB Fanvideo”, como una broma entre amigos al ritmo de la canción Boyfriend. Lo que surgió como un chiste se convirtió rápidamente en una sensación global. Reddit fue el canal que amplifico el impacto del video, el cual terminó convirtiéndose en un meme cuando comenzó a circular una captura de pantalla de Laina con mirada fija a la cámara, la misma que sería bautizada como la “Overly Attached Girlfriend”.
A pesar de que el video fue hecho como una simple broma, acumuló rápidamente cientos de miles de visualizaciones. En los primeros días llegó a un cuarto de millón de visualizaciones, lo cual en aquel momento era bastante. En paralelo, su hermano la animó a monetizar el contenido. Aunque inicialmente dudó por temor a quedar descalificada del concurso, terminó aprovechando el inesperado interés, lo que marcó el inicio de su carrera como creadora de contenido digital.
El reconocimiento viral le ofreció una nueva posibilidad profesional. Su canal de YouTube llegó a contar con más de 1,23 millones de suscriptores, impulsado por nuevas versiones del personaje que había creado accidentalmente. Participó en convenciones como VidCon y Playlist Live, y hasta el propio Bieber reconoció su video recreando su expresión en un clip promocional de la fragancia, pero no todo fue color de rosa y buenas noticias.
A medida que aumentaba su fama virtual, también lo hacía la presión. Morris confesó que, aunque intentó diversificar su contenido y mostrarse como “solo Laina”, la audiencia seguía demandando la imagen de la novia obsesiva. “Siento que en algún momento logré desconectarme del meme, no sé cómo explicarlo, pero siento como si dijera: ‘Ahí está mi meme’, en lugar de ‘Ahí está mi cara’”, explicó.
Esa disociación no fue accidental, sino un mecanismo frente al desgaste emocional. La plataforma exigía una productividad constante, y con el tiempo, la regularidad de sus publicaciones disminuyó. “Mentalmente, YouTube no me estaba funcionando”, reconoció. “Cada vez que intentaba grabar un video, no podía”.
Morris explicó que estar expuesta en redes trajo consigo consecuencias emocionales que tardó años en comprender y enfrentar. En una entrevista afirmó: “Lo más difícil para mí fue probablemente cuando mi salud mental no era la mejor y no podía hacer mi trabajo tan bien como me hubiera gustado”.
En 2019, compartió un video de casi 30 minutos en el que explicaba públicamente su ruptura con la plataforma. Por primera vez, habló abiertamente sobre su depresión. Recién en 2018 comenzó terapia y, tras nueve meses, optó por medicación para tratar la ansiedad y la depresión. Según sus palabras, fue una decisión increíblemente difícil.
Después de ese video, Morris se alejó casi por completo de YouTube, aunque regresó de manera ocasional y bajo sus propios términos. Conmemoró el décimo aniversario del meme y ha comenzado a explorar formatos más breves como TikTok e Instagram, al mismo tiempo que trabaja como editora de video freelance.