Un joven de 31 años fue asesinado a golpes el sábado a la noche en la localidad de Olivera, en el partido de Luján, por un grupo de vecinos que lo acusaba de haber intentado robar en varias viviendas de la zona. Sin embargo, los investigadores no encontraron ninguna prueba que lo vinculara a algún delito. Hasta el momento hay tres personas detenidas, aunque no se descarta la participación de más personas.
La víctima fue identificada como Jeremías Sosa. Vivía y trabajaba en Misiones, donde además estaba al frente de un comedor que asiste a jóvenes con problemas de adicciones. El pasado fin de semana había viajado a Buenos Aires para visitar su familia.
Según relató su hermana, Melanie Sosa, a medio locales, el sábado por la noche el joven salió a la calle a tomar aire, ya que había sufrido un ataque de pánico. Fue entonces que aparecieron unas motos, Sosa se asustó y salió corriendo.
Al parecer, eso hizo que los vecinos lo confundieran con un delincuente, por lo que varias personas comenzaron a seguirlo hasta alcanzarlo y reducirlo en la avenida Juan XXIII, entre Reconquista y Remedios de Escalada. Allí comenzaron a pegarle trompadas y patadas.
"La golpiza continuó ante la mirada de decenas de vecinos de la zona, algunos de los cuales solo atinaron a pedir a los agresores que pusieran fin al ataque. Sin embargo, continuó hasta la llegada del personal policial", indicó el Ministerio Público Fiscal Departamental Mercedes en un comunicado.
A los pocos minutos arribó personal policial al lugar. Intentaron reanimarlo, pero no lo consiguieron, por lo que fue trasladado de urgencia al Hospital Zonal General Nuestra Señora de Luján, donde los médicos constataron su muerte.
La autopsia determinó que Sosa murió como consecuencia de la brutal golpiza recibida, que le provocó un shock neurogénico con traumatismo grave de cráneo.
El hecho es investigado por la fiscal María Laura Cordiviola, de la Unidad Funcional de Instrucción N° 10, quien caratuló la causa como "homicidio en riña".